domingo, 16 de junio de 2013

16 DE JUNIO DEL 55 EL DIA DEL COMIENZO DE LA CAIDA DE LA ARGENTINA.!!


16 DE JUNIO DEL 55 EL DIA DEL COMIENZO DE LA CAIDA DE LA ARGENTINA.!!

LA MASONERIA BRITANICA EN LA CAIDA DE PERON.!



Preguntas para seguir investigando:

¿Qué papel jugaron estas logias en 1955?

¿Qué papel jugaron estas logias y los masones dentro de las FFAA ?

También hay que aclarar que Perón subestimó o se percató demasiado tarde del poder de la masonería, y que tuvo infiltrados en altos puestos de su gobierno, entre los que se destaca muy especialmente el almirante y masón Alberto Tessaire, que fué Vicepresidente, Presidente del Senado y Presidente del Partido Peronista.

Transcurría el año 1954. Perón había arrasado en las últimas elecciones al radicalismo por dos a uno. El país se recuperaba de la atroz crisis provocada por la terrible sequía de dos años que nos llevó a aceptar comer pan negro. La industria florecía desplazando importaciones. Se había construido el gaseoducto desde Comodoro Rivadavia con el sólo esfuerzo del pueblo y el Estado.

El régimen aparecía inconmovible por muchos años. Pese a que los anglosajones pusieron todas las piedras necesarias para sabotear al país. La Iglesia, las Fuerzas Armadas, el Movimiento Justicialista apuntalaban un Estado sólido, pero la Masonería acérrima enemiga del régimen como se constata en todas sus publicaciones, infiltró sus adeptos en el movimiento peronista.

El masón Bevaqua Ministro de Salud Pública reemplazó al nacionalista Carrillo, eminencia científica reconocido mundialmente y puntal del peronismo de la primera hora.

El masón Méndez San Martín reemplazaba al profesor Dr. Ivanizsevivh. Mendé, de católico a divorciado y de sexo normal a homosexual máximo baboso conocido en el país se valía de sus artes para impulsar la defenestración de aquellas excelencias que hacían honor a la patria y enaltecían la figura de Perón.

Mendé fue quizás el responsable de la muerte prematura de Eva Perón. La inducía a perseverar, pese a su enfermedad, en su agotadora tarea y fue quien proponía los médicos que debían atenderla, que siempre eran los más mediocres. Era preciso sacarse de encima lo antes posible a Eva Perón, porque era el freno a sus apetencias de destruir a Perón y al peronismo.

El Ministro de Marina, almirante García, también era un conspicuo miembro de la masonería al igual que Juan Atilio Bramuglia, el General Adaro, el Senador Soler y muchos otros.

Perón no creyó en el poder de la Masonería hasta que fue derrocado, e incluso lo denunció en su libro “La fuerza es el derecho de las bestias”. Tuvo su cuota de responsabilidad por haber nombrado a todos estos que le ocultaron su pertenencia a las logias, desoyendo las impugnaciones de los nacionalistas y especialmente la denuncia que le hiciera llegar Francisco Franco, de que los masones preparaban su derrocamiento.

Las infames y traidoras declaraciones de Tessaire el 5 de octubre de 1955 confirman que ya antes de encumbrarse en la máxima jerarquía peronista estaba destinado por la Masonería a la que pertenecía, a traicionar a su Presidente, al Movimiento Peronista de la que era el máximo dirigente como Presidente del mismo, a las masas peronistas y a la Iglesia Católica.

Cabe recordar que Tessaire fue quien organizó la célebre reunión del Luna Park para lanzar las más terribles y calumniosas acusaciones contra la Iglesia y sus Obispos, así como el masón Méndez San Martín fue el creador de la UES, destinada a llevar a Perón contra la Iglesia acusando a los sacerdotes como insidiosos opositores.


La Iglesia era la única Institución que podía romper la unanimidad de la opinión pública en favor de Perón, y a esa ruptura tendió la masonería mediante sus infiltrados en el Movimiento Peronista, y otros numerosos dentro de la Iglesia.

Fue Tessaire el artífice y pergeñador de la quema de la bandera argentina y endilgada a los católicos en el día de Corpus Christi y el diseñador de la quema de los templos católicos a manos de sicarios pagados por esa masonería para atribuirlo a Perón.
El acto del Luna Park fue promocionado en coincidencia de la visita del Cardenal Ruffini, delegado Papal al Congreso Eucarístico de Rosario, ya programado desde hacía un par de años. El acto de neto corte espiritista fue organizado con apresuramiento poco antes, haciéndolo coincidir con la visita de Ruffini, quien luego protestaría ante el vicepresidente Jazmín Hortensio Quijano. Perón al entrevistarse con Ruffini confirmó su total adhesión a la Iglesia Católica. No intuyó el poder del ocultismo y cuando Franco le hizo advertir sobre la conspiración masónica para derrocar a los dictadores", le respondió: "a los masones los tengo en el bolsillo".

Ese acto constituyó un hito histórico en el programa para el derrocamiento de Perón, donde encontramos una íntima correlación entre la plutocracia internacional y el mundo ocultista, mundo del cual participaban muchos peronistas sin conocer sus reales finalidades o como traidores, actuando a sus órdenes.

Poco a poco desde dentro de la Iglesia y desde dentro del peronismo, los agentes de la sinarquía fueron agriando las relaciones entre el Pueblo, la Iglesia y el Ejército, hasta lograr su ruptura, a partir del cual se produce la anarquía, y la decadencia total del país: partidos políticos caóticos, Iglesia débil y hasta anarquizada y fuerzas armadas transformadas en bandas armadas en lucha entra sí, contra el pueblo y sometidos todos a los poderes Internacionales.
Así por ese camino se llegará, en noviembre de 1954, a la que el gran masón y espiritista Alberto Tessaire, en el mismo local del Luna Park, donde cuatro años antes se había producido el primer conato, lanzaría el comienzo público de la lucha contra la Iglesia, que culminaría el 16 de junio de 1955 con la quema de diez templos católicos, los cálices usados como recipientes de orín, los santos descabezados, los templos saqueados de todas sus reliquias, y hordas de masones, espiritistas, comunistas, trotskistas, socialistas, todos bajo los vibrantes y masónicos símbolos.

Cabe hacer notar que los templos quemados fueron todos del microcentro de la capital, pero ninguno en el resto de la ciudad, de la provincia de Bs.As. o en el interior del país, ni en ningún lugar donde vivía la gente humilde que amaba a Perón.


Viene bien recordar un hecho acaecido cinco años antes en Santiago de Chile, y que refleja los planes largamente acariciados por la masonería de derrocar a Perón. Una delegación de la masonería argentina participó de una reunión con los masones chilenos en 1950, con el objeto de coordinar su actividad contra el gobierno argentino de Perón. Veamos una frase del discurso de recepción de la delegación argentina, pronunciada por el Hermano Hernán Vaccaro Podestá en el salón de la Gran Logia Chilena, en Santiago de Chile:

"El Pueblo Masónico Chileno, respetuoso de vuestra jurisdicción Masónica ilustres Hermanos Argentinos, pero con amplio sentido de sus afectos por toda la Masonería Americana, mira atentamente el desenvolvimiento de vuestras actividades masónicas en vuestra generosa tierra y, por qué no decirlo, con afecto sincero en esta oportunidad. Más de una vez la preocupación ha invadido nuestros espíritus al veros sumidos en un terreno tan difícil, tan intolerante, tan contrarias a nuestras prácticas."


"En la oscuridad de esta noche transitoria, los Masones Chilenos vemos en la Masonería Argentina el brillo de la luminosa luz que sabrá guiar, a masones y profanos, al terreno que siempre le ha correspondido en el concierto de las naciones de América." (Trascripto de la revista "SIMBOLO", órgano oficial de la Masonería Argentina, junio de 1950, página 179).
Aquí en este párrafo el dirigente masón chileno preanuncia con cinco años de anticipación el incendio de los templos católicos de Buenos Aires: "En LA OSCURIDAD DE LA NOCHE TRANSITORIA, los Masones Chilenos vemos en la Masonería Argentina EL BRILLO DE LA LUMINOSA LUZ (el resplandor de los incendios) que sabrá GUIAR, A MASONES Y PROFANOS, al terreno que siempre le ha correspondido en el concierto de las naciones". Traducido quiere decir que el incendio de Templos por masones y no masones (profanos) guiará al derrocamiento del gobierno y el sometimiento del país a la OEA y demás organismos internacionales donde la Masonería ejerce su influencia como instrumento del imperialismo anglosajón.

Al caer el régimen, Tessaire, contando con la impunidad que le otorgaba su calidad de masón, y de acuerdo con los masones que formaban la cúpula de las fuerzas triunfantes, y cuyos méritos fueron gratificados por la Gran Logia Unida de Inglaterra que dispuso el ascenso al grado 33 a muchos jefes de la Revolución "Libertadora", resolvió por su propia voluntad, entregarse a las autoridades de esa Revolución. Hizo entonces las siguientes declaraciones (a continuación de estas) que fueron firmadas, y luego se avino a dar lectura de un documento-confesión que fue filmado y transmitido a la población por toda la prensa, por la televisión, radio y salas cinematográficas.


Aparecería sólo en el film, durante 22 minutos dando lectura al texto de su infame traición, el documento más infamante en los anales de la historia Argentina, cuyo contenido es necesario que la juventud de hoy conozca, y los peronistas viejos recuerden aquella traición, especialmente hoy, en que hijos espirituales de Tessaire, agrupados en lo que es actualmente este peronismo kirchnerista – y antes fue menemista o duhaldista o caffierista o...- consuman la gran apostasía.

El masón, rey de los traidores, Almirante Alberto Tessaire, Vicepresidente de la Nación, Presidente del Senado de la Nación y Presidente del Partido Peronista, desde cuya sede impartió la orden de quemar los templos sin el más mínimo conocimiento de Perón, oscuro punto que la Historia debe clarificar ya que la Revolución Libertadora no lo hizo.

Ese derrocamiento en donde la masonería inglesa y sus esbirros en el país de la manos del Almirante Tessaire jugaron un papel determinante, llevó al ilustre hermano grado 33 Winston Churchill a expresar en un jubiloso y exaltado discurso, decir "La caída de Perón es la mejor noticia que he recibido después de nuestro triunfo en la guerra ...”
Huelgan las palabras...

Dante Calori

Un ejemplo más de que la historia argentina no es como nos la contaron en la escuela…

LAS DOCE INVASIONES INGLESAS
1. Introducción

Realmente poca gente conoce bien la Historia Argentina. Muchas son las causas de ello; cuestiones políticas, formas de dirigir la educación a determinados sectores, cipayismo y hasta algún tipo de corrupción, serian algunas de ellas.
Lo cierto es que nos enseñaron nuestra historia desde una concepción mitrista, algo así como una conformación de ideas comunes al modelo necesario de Nación, dejando de lado lo demás, como si no sirviera; en definitiva algo muy parcial.

A todos nos enseñaron de las dos invasiones inglesas a Buenos Aires, pero al resto se las olvidan, salvo rara excepción. En total tuvimos doce invasiones a nuestro territorio por parte de los ingleses y siempre con el mismo objetivo, someternos de forma colonial, comercial o militar.
Puede que se me haya escapado alguna, pero de todas formas, sirve como cachetazo para la reflexión.
Debo aclarar que no soy historiador ni lo pretendo, tan solo me limito a los hechos que ya fueron investigados y registrados por prestigiosos entendidos.

2. Invasiones

1° Invasión – Año 1763

Inglaterra busco aliarse con Portugal, y lo hizo a través del tratado de Methuen, que le otorgaba la posibilidad de aprovisionarse en cualquier puerto Lusitano del mundo. A la vez que intensifico su mas antigua forma de comerciar: El Contrabando, en aquellos lugares donde les estaba vedado el comercio.

A comienzos de Enero de 1763, el 06 o el 07, se inicia el ataque a Colonia del Sacramento, pero fracasan. El Comandante ingles era John Mac Namara, y perece en el ataque.
Por Aquel entonces la zona era Gobernación de Buenos Aires y correspondía al Virreinato del Perú. Dicha Gobernación estaba encabezada por Don Pedro de Cevallos.


2° Invasión – Año 1765

John Byron llega al archipiélago Malvinense en Enero de 1765, y en la Isla Trinidad, que bautiza Saunders, establece un apostadero; luego funda Puerto Egmont en honor al primer Lord del Almirantazgo. A este puerto los españoles lo denominan Puerto de la Cruzada. Ante estos acontecimientos, España reacciona y por medio de una Real Cédula, incluye al archipiélago en la jurisdicción de la Gobernación de Buenos Aires.

Los británicos reconocen la soberanía española, luego de reiterados reclamos. Pero no retiran a sus tropas, por lo cual hubo un choque armado favorable a España. También es cierto que para entonces, los franceses ya llevaban mas de un año de instalados en la bahía Anunciación, de la isla Soledad.

3° Invasión – Año 1769

El 10 de diciembre de 1769, el Capitán Antonio Hunt, comunica a Ruiz Puente, quien fuera Gobernador, que había ido a ocupar en nombre de su Majestad Británica, el archipiélago Malvinenese, estableciéndose nuevamente en Puerto Egmont. El por entonces Mayor General Juan Ignacio Madariaga, es enviado desde Buenos Aires, y obtiene la rendición el 1° de Julio de 1770.

4° Invasión – Año 1788

En 1788 los ingleses ocupan la Isla de los Estados.
En 1790 son expulsados de la Isla Grande de la Tierra del Fuego, y recién para 1791 lo son de la Isla de los Estados, por orden directa del Virrey Loreto.
Por entonces ya había sido firmado el tratado del Escorial (1790), por el cual se prohibía a los ingleses navegar y pescar a menos de 10 leguas de tierras españolas, y establecerse en ellas.

5° Invasión – Año 1806

En Abril de 1806 parte del Cabo de Buena Esperanza, una escuadra naval compuesta por cinco navíos de guerra e igual cantidad de buques de transporte, todos con bandera inglesa y a las ordenes del Comodoro Home Popham; las tropas que transportaban se encontraban al mando del Brigadier William Carr Beresford.

Antes de partir, los tres mas altos jefes de la expedición habían convenido en distribuir los tesoros, que sospechaban encontrar en Buenos Aires. Y que según las leyes navales inglesas, los caudales eran "Buena Presa" ; el convenio reservo al Mayor General David Baird, la cuota del jefe por haber autorizado la misión. En Junio de ese año confirman sus sospechas cerca de Montevideo, a través de un escocés llamado Russel, que viajaba como pasajero en una goleta de bandera portuguesa.

El 25 de Junio los ingleses desembarcan en Quilmes, y ocupan la ciudad de Buenos Aires con poca resistencia. Se establecen los términos de la capitulación, en los cuales los británicos exigen la entrega de los caudales reales; pero estos habían sido enviados a Luján por orden del Virrey.

El 05 de Julio el tesoro esta en Buenos Aires, y doce días mas tarde la fragata Narcissus zarpa hacia la Gran Bretaña con su valiosa carga. El 12 de Septiembre llega el tesoro a Portsmouth, y en ocho enormes carros (c/u llevando 5 toneladas de pesos plata), parte hacia Londres, donde es recibido con un enorme jubilo, y es depositado en el Banco de Inglaterra para su posterior distribución.

Lo que los ingleses no se imaginaban en esos momentos, era que Buenos Aires había sido reconquistada un mes atrás. Esta acción había sido llevada a cabo por el entonces Capitán de Navío Don Santiago de Liniers. Recién en 1808 los ingleses pudieron repartirse el botín, y después de que un fallo de las autoridades inglesas acordara las sumas correspondientes a cada uno.

Siendo un total de 296.187 libras, 3 chelines y 2 peniques; que se repartieron entre 2841 participantes de la invasión a Buenos Aires (1235 del Ejercito y 1606 de la Marina).
El Mayor General David Baird recibió 35.985 libras; el Brigadier William Carr Beresford 11.995 libras; y el resto se distribuyo aproximadamente en 7.000 libras para los Jefes Superiores de tierra y mar, 750 para los Capitanes, 500 para los Tenientes, 170 para los Suboficiales y 30 libras para cada Soldado o Marinero.

6° Invasión – Año 1807

Los ingleses, anoticiados de la captura de Buenos Aires en 1806, organizan y envían un contingente militar de refuerzo, sin saber que la invasión del año anterior termino en un fracaso militar; lo que hizo que esta fuera una nueva y con intentos de lavar la imagen de la corona.
La población de Buenos Aires se entera de la presencia cercana de una importante flota inglesa, al ser invadidas las ciudades de Montevideo y Colonia.

Para fin de Junio de 1807 los ingleses tiran anclas en la Ensenada de Barragán, y el 1° de Julio comienzan a movilizarse hacia la Capital.
Los criollos intentan frenar el avance, pero son derrotados. Sin embargo, y a pesar de la angustiosa situación, los vecinos de Buenos Aires se organizan para la defensa.

Poco tiene hoy de cierto la famosa "aceite hirviendo" , pues era un articulo bastante caro por esos tiempos. Lo cierto es que los habitantes de la Buenos Aires colonial, hombres y mujeres, combatieron con sobradas muestras de valentía y decisión. El 07 de Julio de 1807, el Comandante en Jefe de las tropas Inglesas, General Juan Whitelocke, decidió firmar el tratado que ponía fin a la lucha en el Río de la Plata.

Principalmente luego de estas dos invasiones (1806 y 1807), se incrementaron los propósitos para la emancipación. Hecho que los británicos apoyaron, pues pretendían que Buenos Aires fuese un protectorado de ellos, para así poder comerciar libremente; tanto fue, que hasta prometieron su apoyo a todo intento emancipatorio del Reino de España.

7° Invasión – Año 1833

Para 1825 los ingleses continuaban haciendo de las suyas; el 02 de Febrero de ese año se firma un tratado de amistad, comercio y navegación, entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y la Gran Bretaña.
A través de este tratado éramos reconocidos como Nación independiente; y también establecía reciproca libertad de comercio, disminución de los derechos de importación y eximisión de tasas portuarias para ambas partes; libertad de conciencia para los súbditos ingleses que residían en nuestro territorio, y la abolición total de esclavos.

Realmente extraño o cipayo fue este tratado, pues la esclavitud había sido abolida en la Asamblea de 1813 y fue tan solo algo deseoso, pues al poco tiempo se firmo un decreto especial que le permitía a los ingleses continuar con la esclavitud y por otro lado, ni siquiera contábamos con barcos para poder efectuar ese libre comercio.
Pese al reconocimiento como Nación soberana, el 02 de Enero de 1833, los ingleses ocupan el Puerto de Soledad, en las Islas Malvinas, a través del Capitán John Onslow.

Territorio que por el tratado de Tordesillas, correspondía a el Reino de España, y que luego por la cesión de tierras, al ser reconocida nuestra independencia, nos pasaron a pertenecer.

8° Invasión – Año 1845

Gran Bretaña, lejos de abandonar sus apetencias comerciales en América del Sur, resuelve en 1840, exigir la libre navegación de los ríos interiores argentinos para sus buques mercantes. Esto era para poder llegar a puertos como Asunción o Rosario. Para entonces se encontraba Rosas en el poder, quien sistemáticamente les negó el pedido; ante esta posición y a otras circunstancias, los ingleses y franceses, declararon el bloqueo al Puerto de Buenos Aires.

Sus objetivos eran los de obtener la libre navegación de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay; y el ponerse en contacto de una manera mas cómoda, con la gente de Corrientes, ya que se encontraban envueltos en una guerra contra Rosas. Enterado de esto, Rosas, mando a fortificar el paraje conocido como Vuelta de Obligado, al norte de la provincia de Buenos Aires.

Varias embarcaciones unidas con cadenas, les cortarían el paso a la escuadra Anglo – Francesa, a la vez que cuatro baterías de cañones, defenderían la posición.
El 20 de Noviembre de 1845 tuvo lugar el combate. No fue una victoria, pero se les demostró a los gringos que no seria fácil efectuar lo que pretendían. Finalmente el 15 de Julio de 1847, Inglaterra levanto el bloqueo, y Francia dispuso similar medida un año después.

9° y 10° Invasión – Años 1908 y 1917

En esos años la Gran Bretaña dispuso a través de dos cartas patentes, el pescar bajo su permiso y supervisión; no solo en las aguas de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, sino que también en gran parte de nuestro litoral continental patagónico, llegando incluso a querer ejercer sus pretensiones sobre territorios continentales.

Salta a las claras las oscuras intenciones inglesas de no dejar de lado sus pretensiones de expansión colonial, utilizando en estas veces, el comercio como arma.

Observando un simple mapa, se comprueba el pretendido robo ingles, ya que se arrogaban como suyas las tierras y aguas al sur del paralelo 50°, y entre los meridianos 80° y 20° de longitud oeste.
Ciertamente, todo quedo sin efecto por esos años, merced a las gestiones diplomáticas. Pero también es cierto que la invasión existió en los papeles.

11° Invasión – Año 1970

Esta fue una suerte de invasión comercial a gran escala, y con funcionarios públicos argentinos, evidentemente inclinados hacia los invasores. Al menos uno de estos funcionarios, ocupo un puesto relevante durante la gestión gubernamental del Doctor Raúl R. Alfonsín.

En 1968 la firma inglesa DELTEC INTERNACIONAL y el KING RANCH, de origen estadounidense, se asocian y forman la DELTEC PANAMERICANA.
El King Ranch, llego a poseer en Venado Tuerto (Santa Fe) unas 35.000 hectáreas y en el sur de Brasil algo similar; estimándose que en 1970 ya había alcanzado un rebaño de vacunos de unas 200.000 cabezas, entre los dos países.

El asunto era adquirir la mayor cantidad de tierras en nuestra Pampa Húmeda, en el Uruguay y en el sur de Brasil; que daban como 1.400.000 Km² y un rebaño bovino de 140.000.000 de cabezas; cifra que superaba en tres veces a las existencias de Europa Occidental o de Estados Unidos, según una estadística de 1970, hecha por el Ministerio de Agricultura de Washington. Deltec Internacional era desde el año 1900, el único comprador y distribuidor de la carne argentina, a través de sus frigoríficos (testaferrados) Swift, La Blanca, Armour, y La Negra; pero la cadena de frigoríficos entre Brasil, Uruguay y Argentina llegaban a veinticinco, de los cuales diez aun subsisten, sobre todo en Brasil.

Los puertos de embarque eran siete, Bahía Blanca, Buenos Aires, La Plata, Montevideo, Paranaguá, Santos y Río Grande. En pocas palabras, el King Ranch criaba y Deltec procesaba.
Un Juez, el Doctor Salvador María Lozada, puso todo sobre la mesa, cuando en 1970 le decreto la quiebra al frigorífico Swift, por una evasión fiscal de 25.000.000 de dólares.

Hasta se refloto la vieja investigación de Lisandro de la Torre, quien enjuicio a varios funcionarios del gobierno del General Justo, entre los que estaban el Gerente del Banco Central (Raúl Prebisch) y el Director de Réditos (Enrique Malacorto), y el propio Ministro de Hacienda (Federico Pinedo), hay que destacar que fue para 1935.

Pero hacia fines de 1950, Federico Pinedo volvió a tener las riendas de la economía del país; Raúl Prebisch fue asesor de los gobiernos de Aramburu (1955) y de Alfonsín (1984); en tanto Enrique Malacorto fue el Vicepresidente del Banco Central, cuando el General Ongania estaba en el gobierno y se investigaba la evasión de divisas de Swift.

Los pedidos que por entonces se le enviaban al Banco Central, solicitando informes para dilucidar la verdad acerca de la evasión, mismos que enviaba el General Ongania, se demoraban mas de la cuenta. Otra razón mas, había aparte de Malacorto, el Ministro de Economía era Adalbert Krieger Vasena, y de el dependía el Banco Central. Y en 1969, Vasena deja su puesto y ocupa la Gerencia Regional para el Area de Latinoamérica de Deltec Internacional.

Lo que hizo el Juez Losada no fue aislado, la Fuerza Aérea Argentina se opuso para que el Estado Argentino le vendiera al King Ranch, unas 80.000 hectáreas en la zona de las Islas Lechiguanas, en la Mesopotamia. Las dos acciones hicieron que el gigantesco monopolio ganadero no continuara avanzando.

Tan enorme era el poder de Deltec que en el juicio por quiebra que llevo adelante el Doctor Lozada, se pudo comprobar que en los balances de 1966, la empresa había tenido una ganancia de 2.800 millones de dólares por la venta de carnes en el mercado internacional. Para entonces la balanza comercial argentina dio un superávit de 1.593 millones de dólares en comercio exterior; es decir que el de esta empresa casi duplicaba al de nuestro país.

Era realmente un gigantesco robo lo que se le hacia a la Argentina. Hasta 1970, la carne que se vendía a Inglaterra, era sin precio fijo. La carne era subastada en Londres entre las 7.000 carnicerías de todo el país (3.700 era de Deltec) de manera tal que los precios era ajustados a sus intereses. Los fletes hacia Inglaterra, también quedaban en poder de ellos, pues se hacían en sus propios buques; los seguros se efectuaban a través del Lloyds, es decir a través de ellos. Y lo mas increíble de todo esto, es que hasta del flete interno en Inglaterra se hacia cargo Argentina.

Por entonces la tonelada de carne costaba unos 400 dólares, y a la Argentina solo retornaban 180 dólares.
Como hecho anecdótico se recuerda la veda de vientres de 1970 en nuestro país. Por la cual, para no sacrificar ganado joven, se importo carne de Finlandia, una 80.000 toneladas. Lo absurdo era que esa carne, era argentina, que Deltec había vendido a Finlandia. Por esa misma carne, Argentina había obtenido 180 dólares y ahora la compraba a 400 dólares la tonelada. Pero esto por mas cruel que sea, no deja de ser anecdótico, a pesar de todo.

Para tanto eran las apetencias de este poderoso imperio, que en Londres la revista "International Manager" , en uno de sus números de Octubre de 1970, publico una circular que Deltec dirigió a sus Gerentes de Ultramar, y en la cual se describe de una manera clara y precisa el accionar inescrupuloso y hasta desafiante que tenían.

Dice así:
"Probablemente no sea sabio enviar afuera a un Gerente con sentido moral muy firme. En muchas situaciones tendrá que buscar compromisos. En ciertos países, por ejemplo, no se pueden adelantar negocios sin comprar algunos funcionarios públicos. El Gerente que no este dispuesto a proceder así, bajo ninguna circunstancia debe ir a países donde esa es la costumbre. El Gerente ha de plegarse a las convicciones del país donde esta y en muchos el soborno no es un pecado. En algunos países hay miembros del gobierno que lo toman como una especie de recompensa en su carrera, que puede ser muy corta."

Me parece que las ideas de hace unos cuantos siglos atrás, que tenia la corona Británica, pasaron de una manera sencilla a sus súbditos, y llegaron hasta nuestros días sin mayores tropiezos.

12° Invasión – Año 1982

Tal vez 1982 sea el año que mas este presente, por estos temas, en la memoria de muchos. Para realizar esta nueva invasión, los ingleses nos llevaron a la guerra. Y como toda guerra, estuvo plagada de miserias humanas; por ella se mintió y se miente, o de ultima no se dice todo lo que se sabe. Circunstancias que llevaron a que gran parte de la sociedad argentina, pusiera el tema en el cajón de la vergüenza.

Quizás 1982 sea recordado mas por la histórica recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur del 02 de Abril, y por la guerra subsiguiente, que por la invasión inglesa.
No es que este mal o bien, solo se que hay que recordar que parte de nuestro territorio se encuentra ocupado por otra Nación. La cual no cede un palmo ante nuestros reclamos; que solo busca su conveniencia y que en definitiva es nuestra enemiga de ayer, de hoy y hasta la de siempre, si no nos acordamos de ser argentinos.

Podría desarrollar mucho aquí, pero soy parte involucrada, un Veterano de esta mal conocida "Guerra de Malvinas", y en consecuencia seria parcial. Me movería el apasionamiento por el tema, y no es lo que pretendo; además ya hay muchos libros, revistas, videos y demás yerbas que dicen ser o tener la pura verdad de lo acontecido, y en realidad solo muestran mas de lo mismo por distinto autor. Así que tan solo voy a relatar algunos hechos, quizás conocidos por pocos, pero que bien valen la pena que se conozcan, pero será en un Capitulo aparte.

Por allí escuche a Cortez que cantaba:

"El tiempo ira trayendo la amnesia inexorable. Habrá muchas condenas y pocos responsables. Dirán que fue preciso, dirán que inevitable. Y al final como siempre, será Dios el culpable."

Cuanta razón tiene este hombre, la hipocresía esta en el orden del día.
No se puede cambiar el curso de la historia a base de cambiar los retratos colgados en la pared. Jawahartal Nehru (1889 – 1964)


Confesiones de un masón

El presente artículo fue publicado en el periódico Renacimiento, es su número 6, órgano de difusión oficial dela Juventud del Movimiento Argentina Viva.

La colaboración presente esconde el verdadero nombre de quien esto escribe, que fuera miembro activo de la masonería, amigo entrañable de Gabriel Delmazo, dirigente radical que, siendo ministro de Frondizi en educación, implementó la Ley 1420 de enseñanza laica, un viejo proyecto masón. También fue frater de Abraham Krislavy, secretario de Angel Borlenghi, dirigente gremial del peronismo. El autor dice que en 1957 fue iniciado por el Dr. Agustin Alvarez y que dejó de pertenecer cuando durante el conflicto de Malvinas, llegó la orden de espiar para Gran Bretaña.

Lo público y lo secretos son dos condiciones fundamentales en la realización de los proyectos políticos. El secreto evoluciona junto al ser humano y adquiere características diversas. Muchas veces es una manera de reafirmar la identidad del sujeto. En toda la historia de la humanidad han habido grupos secretos, que se aislan parcialmente de la sociedad para realizar determinadas cosas. Pero por condición de asociaciones secretas necesitan vivir dentro de la misma sociedad general, porque de otra forma, no tiene sentido el secreto.

Para que exista el secreto debe existir la certeza de que hay algo que ocultar a los demás. En las antiguas culturas primitivas los llamados hechiceros, sacerdotes o sabios eran las únicas personas competentes para tener acceso a secretos divinos. Esta formación por tradición hizo desarrollar dos escuelas: las del secreto religioso o las del secreto político. Pero cuando se fusionan lo religioso y lo político, comienzan a aparecer vestigios del gobierno universal. O si Ustedes

Imaginemos que un mediodía cualquiera vamos a Plaza de Mayo. 

Que vamos a trabajar, a realizar un trámite, a pasear o a llevar a nuestros hijos o nietos para mostrarles la Casa Rosada, los Granaderos, la Pirámide, la Catedral o el Cabildo.
Imaginemos que nos bajamos del colectivo, del taxi, que subimos las escaleras del subte o que venimos del estacionamiento donde dejamos nuestro auto.

Que vamos caminando por la plaza y en ese momento se acerca un avión y tira una bomba de 100 kilos en la Casa de Gobierno.
Es el mediodía, miles de personas, como todos los días están en Plaza de Mayo. Ahora bien, esto que nos parece tan difícil de imaginar una vez pasó.

Fue el 16 de junio de 1955. Ese día a las 12:40 una escuadrilla a cargo del Capitán Noriega desciende sobre la Casa de Gobierno.

Su avión dejó caer una bomba de 100 kilos con el objetivo de matar a Perón. Después siguieron mas aviones descargando cada uno bombas de 50 kilos.
.
.

Estalló Plaza de Mayo y la gente corría espantada y todo era un caos.

Mientras el vuelo continuo de 28 bombarderos arrojaban casi 100 bombas en menos de tres horas de ataque.
Estos aviones no sólo atacaron la Casa de Gobierno, sino que también lo hicieron con la CGT, el Ministerio de Guerra, el Departamento de policía, el ex Palacio Unzué, de Agüero y Libertador, hoy Biblioteca Nacional, y todas las calles de los alrededores (tratemos de imaginarnos si esto ocurriera hoy).

En esos aviones de la Marina, no sólo iban pilotos de esa fuerza. El Dr. Miguel Ángel Zavala Ortiz, quien después fuera Canciller de Illia, iba en uno de ellos.

Fue piloto de la partida criminal el capitán Osvaldo Cacciatore quien años más tarde se desempeñaría como Intendente de Buenos Aires en el gobierno de la dictadura militar.

Pero es de resaltar que La Convención de Ginebra condena expresamente los bombardeos aéreos sobre una ciudad abierta como Buenos Aires para el caso de guerras entre naciones, sin embargo no obstante lo que establece el tratado debemos decir que estos asesinos tuvieron una conducta doblemente reprochable: porque bombardearon a miles de inocentes y además intentaron derrocar a un gobierno elegido democráticamente por el casi 70% de la población.

Del resultado de semejante masacre no hay números de victimas confiables, pero lo más cercano a la realidad fueron 350 muertos y más de 1000 heridos, todos inocentes trabajadores. Y todo esto pasó un día cualquiera sin que nada anticipara semejante barbarie.

Los sicarios cipayos vendepatrias y traidores vernáculos, respondieron con odio a sangre y fuego y con el: “Se acabó la leche de la clemencia" del Dr. Américo Ghioldi -Partido Socialista-

Decía el General Perón:

La única verdad es la realidad, y la actual realidad nos dice que esta dirigencia burguesa que se ha enquistado en el poder de nuestra Patria, ha incumplido con lo demandado por el pueblo, éstos no han hecho en todo este tiempo más que defender sus propios intereses y la de sus amos externos.

Es por ello que se hace imperiosa y sumamente necesaria la creación de un frente único que nuclee a todas las organizaciones políticas, sindicales, sociales y culturales que luchan contra este sistema neoliberal, oligárquico, inhumano y genocida. La concreción de este frente como herramienta electoral única, es y será sin dudas uno de los más fabulosos proyectos que todo pueblo que lucha por su liberación y contra la opresión puede lograr, es llevar la resistencia a las puertas mismas del imperio colonizador.

El mediodía del 16 de junio de 1955 se produce el bárbaro ataque aéreo de metralla y bombardeo a la Plaza de Mayo, nuestra propia Guernica nativa.

Aviones Gloster Meteor de la Armada de guerra nacional dejan caer sin aviso sobre el pueblo desprevenido nueve toneladas y media de explosivos, incluso una bomba que estalló en el techo de la Casa Rosada y otra que destruyó totalmente a un trolebús repleto de pasajeros.

Era la antesala de la trágica irrupción oligárquica-imperial de tres meses después, que iba a acabar con el gobierno del general Perón.

Un gobierno que entre 1946 y 1955, partiendo de un país tan pobre, injusto y dependiente como el que hoy sufrimos, supo construir una nueva Argentina justa, libre y soberana, modelo para todas las naciones de América.
Que pudo crear un ministerio de trabajo, triplicar los salarios y asignarle a los trabajadores más de la mitad del producto bruto nacional.

Que pudo crear un ministerio de educación y quintuplicar el presupuesto en esa área, doblar el sueldo de los docentes, y construir más escuelas que las hechas a lo largo de toda la historia del país.

Que pudo crear un ministerio de salud pública y multiplicar cincuenta veces su presupuesto, y bajar en solo dos años los casos de paludismo de veintitrés mil a quinientos.

Que construyó, por ejemplo, entre otras setenta y seis mil obras públicas, un gasoducto de mil setecientos kilómetros que transportaba diariamente un millón de metros cúbicos de gas; que construyó también, por ejemplo, el aeropuerto internacional más grande del mundo.

Que produjo todo el carbón, el aluminio, el gas y el petróleo que se consumía. Que creó una planta nacional de energía atómica.
Que convirtió al país en uno de los seis que volaban sus propios aviones a chorro.
Que canceló totalmente la deuda externa.
Que duplicó la renta nacional.
No, estas estadísticas de sueños que en nueve años pusieron al país como modelo de dignidad y desarrollo no podían seguir. Había que acabar con el gobierno del general Perón.

Transcribimos el fragmento que describe el dramático acontecimiento del 16 de junio de 1955 del magnífico historiador Salvador Ferla en “Mártires y Verdugos”, Editorial Revelación, 3ra. Edición, Buenos Aires, octubre de 1972, páginas 24 y 25.

[...] La oligarquía ambiciona el regreso al poder total, la restauración de su régimen y la anulación del proceso revolucionario iniciado en 1943. Conoce los obstáculos porque los ha palpado y reiteradamente se ha roto las narices contra ellos. Son el pueblo politizado, presente, activo; y el ejército, colocado en su exacta ubicación nacional. Al primero planea anestesiarlo mediante el terror; al segundo desarticularlo y reestructurarlo en milicia partidaria a sus órdenes.

La primera y potente inyección de anestesia la recibe el pueblo el 16 de junio de 1955. Ese día sucede en Buenos Aires algo espantoso y absolutamente inconcebible: una formación de aviones navales bombardea Plaza de Mayo.
El pretexto es matar a Perón, a quien suponen en la Casa de Gobierno, para lo cual se bombardea la plaza, se ametralla la Avenida de Mayo, y hasta hay un avión que regresa de su fuga para lanzar una bomba olvidada. Cientos de cadáveres quedan sembrados en la plaza histórica y sus adyacencias, unos pertenecientes a civiles que habían acudido en apoyo al gobierno, y otros de anónimos transeúntes.

Es el primer castigo, la primera dosis de castigo administrada al pueblo.
Es el fusilamiento aéreo, múltiple, bárbaro, anónimo, antecesor de los que luego realizarían en tierra firme con nombres y apellidos [se refiere a la masacre de José León Suárez en la represión del levantamiento cívico-militar del 9 de junio de 1956, a los mártires y verdugos que le dan título al libro].

Entre este grupo de aviadores [entre los que estaba el capitán Osvaldo Cacciatore, que después del 76 cobraría fama y fortuna como intendente porteño del Proceso] que mata desde el aire a una multitud, y los agentes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que “fusilan” a un núcleo de civiles en un basural, tirándoles a quemarropas sin previo aviso, solamente existe una diferencia de ubicación.

Este episodio criminal, este acto terrorista comparable al cañoneo de Alejandría y de ciudades persas efectuados por la flota inglesa, también con propósitos de escarmiento, no tiene antecedentes en la historia de los golpes de estado.
Porque hasta en la lucha entre naciones está proscripto el ataque a ciudades indefensas, y porque la guerra aérea, con el bombardeo a poblaciones civiles, ha sido una tremenda calamidad traída como novedad por la última guerra mundial, que ha merecido el repudio unánime universal.

Nuestro pueblo, que estuvo alejado del escenario de esa guerra, que jamás pudo con su imaginación reproducir la imagen aproximada de un bombardeo aéreo, experimenta ese horror -el horror del siglo- en carne propia, por gestión de su propia aviación.
Y esa aviación que nunca había tenido que bombardear a nadie, que no sabía lo que era un bombardeo real, hace su bautismo de guerra con su propio pueblo, en su propia ciudad capital.

El 16 de junio de 1955, sufrimos los argentinos nuestro Pearl Harbour interno, donde la víctima es el pueblo y el agresor la oligarquía.

Uno de los factores poco conocidos de la caída de Perón es la industrialización creciente del país.
Esto significó un perjuicio considerable para los tejidos y cueros británicos, cuya exportación a la Argentina disminuía rápidamente. La desconfianza británica se transformó en hostilidad cuando comprendió que Perón se preparaba a explotar las enormes reservas petrolíferas del subsuelo argentino".
"Journal du France". octubre de 1955

Inglaterra y la caída de Perón




En 1964 Perón escribió sobre el tema que nos ocupa: "El imperio británico celebró mi caída como una victoria típicamente inglesa. Ante una Cámara de los Comunes delirante de entusiasmo, Winston Churchill desencadenó todos los fuegos de artificio de su pirotecnia verbal. Señaló que mi derrota era para el Imperio, un hecho tan importante como la Segunda Guerra Mundial y que no se me daría tregua ni cuartel, hasta el final de mis días".

La sentencia de Churchill se cumplió, Perón no tuvo ni tregua ni cuartel hasta el día de su muerte.

Qué había hecho el Gran Conductor Argentino para que Churchill lo considerase un enemigo de tales dimensiones? Algo muy simple: declarar y hacer efectiva la Independencia Económica del país, que fue solemnemente jurada por todo el gobierno, en Tucumán, el 9 de Julio de 1947. La puesta en marcha de esa Independencia Económica, era revertir y recuperar para
los argentinos, los tres millones de kilómetros cuadrados de la geografía que nos quedaba.

La Argentina primaria del pasto y de la vaca inglesa fue reemplazada por la Nueva Argentina industrial, tecnológica y científica. La Argentina de Perón, consolidada jurídicamente en la Constitución Nacional de 1949, era la puesta en marcha del ideal de los próceres precursores de Mayo de 1810. Era la revancha contra el brutal colonialismo que nos había impuesto Gran Bretaña, durante un siglo y medio.

Ferns, el célebre historiador inglés contemporáneo, señala en el Tomo I de su obra dedicada a la Argentina que antes del acceso de Perón al poder,la Argentina "absorvió entre el 40 y el 50% de todas Las inversiones fuera del Reino Unido". (pag. 397)

Estas cifras son más que indicativas de los intereses que la obra del peronismo había lesionado.
Si tenemos en cuenta que durante el decenio 1946/55 Inglaterra tuvo que resignar ante Ghandi su presencia en la India y que Mohamed Mossadegh había puesto fin a los intereses ingleses en el petróleo de Irán, comprenderemos la gravitación que nuestro país tenía en 1955 en el derrumbe del Imperio Anglicano.

El reconocimiento que los Estados Unidos hicieron al poder de Perón y de la Argentina Justicialista fue lo último que pudo soportar la metrópoli londinense de su ex colonia. El acuerdo Perón-Eisenhower con respecto a la explotación petrolera a través de la "California Argentina" iba a alejar por siempre de estas tierras a la Gran Bretaña y a las otras potencias europeas asociadas.

Fue entonces cuando Inglaterra se lanzó a la reconquista de la Argentina. Utilizó para tal fin dos fuerzas tradicionales y muy eficaces: sus diplomáticos y sus agentes diplomáticos. Con respecto a ellos dice

Ferns: "Si el arte de la diplomacia consiste en inducir a otros a tomar decisiones que uno desea queellos tomen, los agentes británicos en la Argentina practicaron ese arte con grandes resultados.
Los agentes diplomáticos británicos piden moderación a los actores cuando éstos manifiestan sus feroces inclinaciones contra el Imperio, les hacen zancadillas cuando avanzan demasiado o bien dan un empellón a otros en la dirección que les parece conveniente".(T.
Ipags. 296-299)

El General Perón desde su exilio escribía a Scalabrini Ortíz: "Usted es uno de los intelectuales
argentinos que siempre vio claramente el enemigo real".

Y su recordado y poco difundido trabajo sobre los episodios de 1955 decía: "Quizá un error de nuestra parte fue no haber considerado siempre a nuestro gobierno como una etapa de la lucha secular contra Inglaterra que se inicia con las invasiones inglesas".

Inglaterra y la subversión



En los años que siguieron a 1955, la diplomacia británica no pudo demoler la colosal estructura levantada por Perón.

La Argentina industrial, tecnológica, científica y cultural y social, seguía en pie a pesar de todos los embates y de las más bárbaras políticas que se lanzaban contra ella.

Los textos ingleses de la época no ocultan su preocupación por el problema. La cuestión se hace
acuciante hacia 1972, cuando el General Perón confirma solemnemente su voluntad de regresar a la Patria.

Entonces aparece el segundo tomo de la obra del historiador británico Ferns sobre la Argentina. Allí leemos lo siguiente: "Como no sea mediante una guerra civil devastadora, resulta difícil imaginar cómo puede deshacerse la revolución efectuada por Perón". (pag.247)

Y la guerra civil devastadora para nuestra Patria programada y bien pensada por los estrategas ingleses

"para deshacer la revolución efectuada por Perón", llegó a nuestras playas. No vino solamente con palabras, vino con armas procedentes de Inglaterra.
Recuerdo el día 18 de abril de 1974: Un diplomático británico de nombre Micke Jhon Bishop fue detenido en el momento de introducir al país un contrabando de armas. El diario "La Nación" inicia la reseña del gran escándalo, en estos términos: "La Justicia Federal en lo Criminal y Correccional investiga lo relacionado con el secuestro, efectuado el 10 del actual por personal de Prefectura Naval
Argentina, de varios bultos que contenían 17.500 proyectiles calibre 9 mm., munición de guerra, acondicionados en cajas utilizables para pistola, fusil y ametralladora, que fueron desembarcados del [b]rompehielos de la marina británica Endurance"

Y tras dar detalles asombrosos sobre esta invasión virtual en el propio Puerto de Buenos Aires, la crónica da cuenta de la inmediata libertad del diplomático involucrado, a la vez que señala, como trascendido, que Gran Bretaña había dado al Poder Ejecutivo las explicaciones del caso: "Lamentando no haber cumplido con los trámites que hubiera debido realizar en el caso ante nuestra Cancillería".

Nunca se hicieron públicas las explicaciones que había dado Gran Bretaña. Jamás se conoció la actitud del Ministro de Relaciones Exteriores de aquel entonces. Dejo el tema para los historiadores revisionistas que quieran ocuparse de los años que van de 1973 a 1976.

Al descubrimiento de ese contrabando inglés de armas siguieron otros dos, de los que sólo informó el diario "Mayoría"; uno interceptado en otro buque inglés y el tercero en una aeronave de la BritishCaledonian. Si los contrabandos de armas descubiertos fueron tres, ¿cuántos fueron los que no se detectaron?

Nuca lo sabremos, pero sí todos recordamos que "la guerra civil devastadora" lanzada anónimamente contra el tercer gobierno del General Perón, tenía entonces cuatro frentes bien definidos:

1. El terrorismo bélico con el crimen planificado

2. El terrorismo periodístico con la tergiversación organizada

3. El terrorismo político con la traición reiterada

4. El terrorismo económico con el desabastecimiento, los vaciamientos de empresas y el sabotaje a la producción.

Todas estas eran las formas de la "guerra civil devastadora", declarada en secreto por los ingleses contra Perón. El objetivo era muy claro: destruir la industria argentina, destruir la tecnología argentina y destruir la ciencia y la inteligencia argentinas, aniquilando a la Universidad que la produce.

Por estos medios, coherentes y contestes de Gran Bretaña para el Río de la Plata, se buscó reinstalar a la Argentina en el sistema colonial de la división internacional del trabajo.

Exportadores de cerebros talentosos (2.500.000 argentinos emigraron en busca de trabajo entre 1976 y 1980) e importadores de los laosianos y vietnamitas (ahora también los coreanos en verdaderas oleadas) que trajo el ministro Harguindeguy para cumplir el "gobernar es poblar", de Alberdi.

La Argentina colonial ha sustituido pues, a la Argentina Independiente de Perón.

Inglaterra y la caída de Isabel

La guerra de las Malvinas enriqueció al país en martirio y heroísmo. En valor sin par. En abnegación y en coraje. Pero también enriqueció al país con documentos decisivos para explicar nuestra tragedia y nuestra frustración permanente.

De ello es altamente significativo el informe de Lord Franks preparado para el Parlamento Británico por el Consejo de la Corona y publicado en enero de 1983. El informe de Lord Franks trae una sinopsis de la inteligencia británica sobre la Argentina que arranca del año 1965.

Refiriéndose a las relaciones con el Gobierno Peronista este importantísimo documento dice textualmente:

"Enero 22, 1976: Los comandantes argentinos son contrarios a aprobar cualquier medida militar susceptible de facilitar el mantenimiento en el poder del régimen de la Señora de Perón.
Si bien es posible que se establezca una corta tregua, es previsible la toma de nuevas medidas (por parte del Gobierno Peronista) contra los intereses británicos bajo la forma de un aumento de presión hostil, tanto política como económica".

El documento está reproducido en el diario "La Nación" en su edición del día 2 de abril de 1983, página 9. Como es de ver, los británicos preanunciaban las caída del Gobierno Constitucional con dos meses de anticipación.


Hay un sector que desde hace 55 años está difundiendo que “el nacionalismo católico es el causante del derrocamiento de Perón en 1955” mientras ocultan/ignoran cuidadosamente que en un libro escrito por el propio Perón en 1957 “Del poder al Exilio: Cómo y quienes me derrocaron” contradice totalmente esta versión. Según Perón, la principal responsable de su derrocamiento no es la Iglesia sino la masonería inglesa.

En el capítulo Uno se puede leer:
INTERESES FORÁNEOS (Primera Parte: del 16 de junio al 2 de octubre).
El petróleo. Poder de los panfletos. Ingerencia extranjera. La masonería. La Marina.

EL GOLPE de Estado que ha derribado a mi gobierno, elegido con una mayoría de votos aplastante, después de elecciones claras y libres, no ha estado inspirado en sentimientos nacionales, pero sí financiado por fuerzas que se agitan dentro y fuera de la Argentina.

Se trata de una verdadera traición consumada en perjuicio del pueblo y como todas las traiciones, también ésta ha sido comprada con dinero. No existen cien acciones de ese género sostenidas o motivadas por ideales.

La conclusión de esos sucesos, es que hemos sido objeto de un verdadero ataque armado, no muy distinto de aquel que hizo posible la caída de MOSSADEGH; como el Premier persa también nosotros fuimos víctimas de la sorda lucha por el petróleo. El consejero comercial inglés en Buenos Aires, declaró un día, con desusada franqueza, que cualquier esfuerzo realizado por quienquiera para asegurarse la producción petrolífera argentina, sería considerado en Londres como un atentado a los intereses británicos.

La armada argentina, que presume de haber sido la protagonista número de esta “victoria”, no parece querer darse cuenta de haber jugado, en cambio, el simple y absurdo rol de “caballo de Troya”.

E L OBJETIVO ERA IMPEDIR QUE LOS RECURSOS PETROLÍFEROS ARGENTINOS FUESE EXPLOTADOS DE MANERA DE CONCURRIR AL DESARROLLO INDUSTRIAL DEL PAÍS, y la lucha era principalmente contra los Estados Unidos que, según nuestros adversarios, habían tenido la “culpa” de proporcionarnos una operación sobre bases sólidas y concretas.

No es necesario retroceder mucho en el tiempo para hallar la prueba de lo que digo. Basta con leer el contenido de un documento que en estos días y bajo la forma de publicación clandestina circula por Buenos Aires.


Instrucciones de la masonería 

La importancia de las publicaciones clandestinas es enorme en mi país. Son ellas las que preparan a la opinión pública y forman los grandes movimientos de opinión pública de los que nacen después de las insurrecciones.

Con esas mismas armas he combatido yo, y muchos que en un tiempo lucharon en contra mío, hoy están de nuevo en contra de mis adversarios que fueron sus aliados de ayer. Apenas una situación de emergencia frena la libertad de prensa, aparecen los panfletos para inundar las calles. Dice uno: “MASONES y TRAIDORES”.

Gracias a las revelaciones de un masón que ocupa un alto cargo, y cuyo testimonio es una seriedad indudable, ha sido posible tomar conocimiento de una ceremonia secreta realizada tiempo atrás con la participación de los miembros del Gran Oriente Argentino.
La información está dirigida a todos, sean o no católicos. El Gran Mestre, abriendo la sesión, dio lectura a un mensaje recibido de la Real y Soberana Logia de Londres, con la firma del Gran Maestre Hermano 33…

Tal Hermano 33 es un conocido príncipe inglés. Así prosigue el manifiesto clandestino: “La Real y Soberana Logia de Londres, por medio de su Gran Maestro, ordena a los hermanos argentinos del Gran Oriente de Buenos Aires, adoptar una línea de conducta particular en el debate de la ley sobre la enseñanza religiosa y la no menos importante sobre el divorcio.

Es indispensable insistir en la campaña contra la Iglesia Católica y sus prelados con el fin de llegar cuanto antes, a la total separación entre el organismo religioso y el Estado.
Es necesario, por otra parte, evitar que las fuerzas trabajadoras se alíen con los católicos y es necesario asimismo, que parezcan instituciones de carácter privado.

Toda tendencia nacionalista debe ser combatida y sofocada y también en el seno del Ejército es indispensable que se formen corrientes de opinión similares a las que existen en la Marina”.

Se señala luego, que en la cuestión del petróleo, la fuerza masónica debe actuar de manera de sustraer la administración de yacimientos al Estado; que debe ser rechazada toda participación en el desarrollo de nuestra industria y que, contra la radicación de capitales americanos, conviene facilitar la intervención de los capitales europeos.

No es difícil comprender que en materia de petróleo, los capitales definidos como “europeos” son esencialmente británicos. Prosigue el manifiesto de Perón:

Ascensos a “patriotas”

“Por su actividad personal y por los grandes servicios prestados al Gran Oriente, los hermanos son informados de la siguiente disposición: el Capitán de Navío, ARTURO RIAL es nombrado Gran Inquisidor y Supremo Maestro del Gran Oriente de Buenos Aires. El Contralmirante ROJAS es honrado Gran Arquitecto; el Capitán de Navío, MARIO ROBBIO, Gran Inspector; el Capitán ALBERTO PATRÓN LAPLACETTE, el capitán de Fragata ALDO MOLINARI, el General EMILIO DE VEDIA y MITRE, y el General OSSORIO ARANA, son investidos del Título de Guardianes del Gran Secreto. El Capitán de Navío JOSÉ DELLEPIANE es designado Gran Custodio de la Libertad y la Fraternidad”.

Antecedentes de algunos “hermanos”

Es oportuno ahora, echar un vistazo a esta lista de nombres. Muchos lectores se preguntarán por qué ARTURO RIAL, en la jerarquía masónica es más importante que el Contralmirante ROJAS. Es simplísimo. El verdadero inspirador y Jefe de la Revolución, conducida por la Marina, fue RIAL y no ROJAS.

Se debe a RIAL la organización de las ciudades de los opositores y es el, hoy, quien dirige la política del gobierno, quien impone las depuraciones y quien firma secretamente los decretos en base a los cuales tanta gente es enviada a poblar las provincias del Sur argentino. Desde hace seis, por si alguien no lo sabía, la Argentina tiene también su Siberia, y la Siberia argentina es la Patagonia, una tierra desolada, batida por los vientos polares.

El Almirante ROJAS habla por boca de RIAL, y RIAL es aconsejado en lo referente a cuestiones políticas, por dos hombres que se han instalado en el ministerio de Marina, en calidad de miembros civiles del grupo militar que controla la vida del país. Son los radicales unionistas: SANTANDER y ZAVALA ORTIZ, los cuales tienen un solo programa: combatir a los peronistas por un lado y a los católicos por el otro. En el momento de la revolución, el Almirante ROJAS era jefe de la flota fluvial y sólo posteriormente sus buques a las unidades de la Flota de Mar.

De ROJAS diré algo más. Mal puede adoptar la pose de depurador del país desde el momento en que él, como tantos otros oficiales, resultó beneficiado por los famosos de importación, con los se podía adquirir un automóvil a precio de costo. ROJAS, como tantos otros, importó su automóvil y lo revendió de inmediato obteniendo una ganancia de algunos centenares de miles de pesos. Pero sigamos adelante en la lectura de los nombres.

Se habla del Capitán ALBERO PATRÓN LAPLACETTE. Constituye, en la actualidad, el Interventor o comisario del gobierno en la CGT. Segundo en el orden se menciona en el folleto clandestino, PATRÓN LAPACETTE ha desmantelado la Central Obrera, desplazando a sus dirigentes, muchos de los cuales han estado y están encarcelados.

Luego, viene el General OSSORIO ARANA, uno de los pocos que queda en el servicio. OSSORIO ARANA es el ministro de Ejército, sucesor de BENGOA, que presentara su dimisión pocos días después de la revolución. Antes aún de la caída de LONARDI, BENGOA se dio cuenta del verdadero programa de la revolución para no sumar su nombre al de los numerosos revanchistas que están actuando en la Argentina, saludó a sus compañeros de revolución y antes de retirarse advirtió, en su propia casa de LONARDI, del peligro que lo acechaba.

Escribía Carl Schmitt:

“La posibilidad de supervivencia de una sociedad… está en identificar correctamente al enemigo”

Pero, con graves consecuencias posteriores vemos que Perón y la Izquierda Nacional identifican dos enemigos distintos:´

1. Perón, leer bien “Del poder al exilio – como y quienes me derrocaron”, identifica como su enemigo estratégico a la Masonería británica, y a la masonería militar local como el enemigo táctico.
2. Spilimbergo – y la izquierda nacional – contrario a Perón, identifica al Vaticano y católicos locales como el enemigo principal y generando una constante agresión desde la IN al nacionalismo y el catolicismo.

El campo nacional no puede unificarse si existen dos visiones contradictorias del enemigo y una de ellas lleva inevitablemente al choque interno. Hay un axioma de Perón:

“El que empieza a atacar al compañero empieza a pasarse al enemigo”.

Es lo que vienen haciendo desde 1956, y debemos ver el porque de esta conducta antinacional que hay detrás de su conducta anti-católica.

Identificar entonces al Enemigo Externo - el hostis – en un extremo nos lleva a una guerra externa, a un Malvinas II.
Por el contrario, tener un Enemigo Interno – inimicus – a la larga nos lleva a una guerra civil para beneficio del Enemigo Externo, el divide et impera.

Pego a continuación un resumen con algunos detalles y PERSONAJES relacionados con la masonería que llamarán la atención a mas de uno.

A partir de la autodenominada "revolucion libertadora" la masoneria comenzaria a tomar un impulso extraordinario. El plan es adueñarse del poder social, político, económico y militar de las dependencias de servicio (los virreinatos del África Blanca). Veamos los hechos mas importantes en orden cronológico:

07 de noviembre de 1955, Lonardi, junto con su ministro de interior el masón Busso, aprueban los Estatutos de la Masonería Argentina. Estos estatutos siguen vigentes hasta el día de hoy.

13 de noviembre de 1955, después de la vergonzosa noche del 12 al 13 de noviembre y luego del veredicto dado por la Junta Consultiva sobre la persona de Lonardi, presidida por la británica Alicia Moreau de Justo, se instala el gobierno presidido por Aramburu y Rojas, ambos Grandes Maestres masones del Grado 33° en el REAAM.

14 de diciembre de 1955, se otorga la Personería Jurídica a la Masonería Argentina con las firmas de Aramburu y de su ministro Laureano Landaburu.

15 de diciembre de 1955, Jordán Bruno Genta publica el que después será un clásico: ¿Democracia Cristiana o Masónica? Este antecedente es valioso. Porque Genta fue partidario de la Revolución Libertadora. Pero era un hombre honesto y un cristiano cabal. En dos meses ya había descubierto que la Revolución era una Involución.

23 de marzo de 1956, el Presidente Aramburu escribía un documento “comprometiendo su honor” a destruir “todos los vestigios de totalitarismo para restablecer el imperio de la moral, la justicia, del derecho, de la libertad y de la democracia”. Unos 106 días después de este “compromiso de honor”, haría fusilar a 33 personas sin causa formal ni debido proceso.

30 de julio de 1956, aparece el segundo trabajo de Jordán B. Genta intitulado La masonería y el comunismo en la revolución del 16 de septiembre de 1955 que, en verdad, no deja títere con cabeza.

30 de agosto de 1956, para trabajar juntos “en la gran Obra” se suscribe un acuerdo entre la Gran Logia Argentina y el Gran Oriente Federal (GOFA), se hacen mutuas concesiones para unir la Gran Familia Masónica, ya en perfecto acuerdo con la Gran Logia Unida de Inglaterra.

12 al 14 de octubre de 1956, en Concepción, Chile, tiene lugar la Segunda Convención Nacional de la Asociación de Centros Femeninos de la masonería, a la que concurre una delegación argentina de señoras. Casualmente entre las enlistadas encontramos a la señora Mirtha Legrand, que un año atrás se quejaba de haber sido perseguida por el Régimen Depuesto porque no se quiso poner el luto por Evita. ¿Se acordará de esto doña Mirtha? Porque están los diarios y las revistas que la pueden ayudar en su desmemoria senil.

12 de diciembre de 1956, el Gran Oriente Federal Argentino (GOFA) ofrece un banquete fenomenal a la Gran Logia Argentina para sellar “fraternalmente” esta unión que quedó homologada definitivamente en 1957.

10 de diciembre de 1956, tiene lugar en La Habana, Cuba (Batista era el Presidente de Cuba y ya llevaba 30 años de masón), la Séptima Conferencia Internacional de los Supremos Consejos del Rito Escocés de Antiguos y Aceptados Masones (REAAM). Concurren 18 países; no acuden 7 pero envías delegados, entre ellos Argentina por la muerte del Gran Comendador Fabián Onsari que mandó a un jovencito llamado Ernesto Sábato, alias Nunca Más y antes invitado a las comilonas de mediodía del Gral. Videla.

15 de diciembre de 1956, Jordán Bruno Genta publica la primera parte de En defensa de la Ley y de la Patria. Evidentemente Genta les había declarado la guerra.

23 de abril de 1957, en la Tenida de “Confraternidad Masónica”, declarada en Asamblea, se cumple la incorporación definitiva del GOFA a la Gran Logia de la Masonería Argentina.

20 de diciembre de 1957, Jordán B. Genta publica la segunda parte de En Defensa de la Ley y de la Patria. Con este trabajo Genta termina de desnudar a los septembrinos de 1955. Pero no es el único que los denuncia; también lo hicieron Antonio Castro, Fermín Chávez, Atilio García Mellid, Federico Ibarguren, Julio Meinvielle, Carlos D. Viale, Hugo Wast, José María Rosa, Pedro de Paoli, etc.

14 al 20 de abril de 1958, en Chile se realiza la Cuarta Conferencia Interamericana de la Masonería, bajo la Presidencia del Gran Maestre de la Masonería chilena, Aristóteles Berlendis Sturla, bajo la Observancia de las Grandes Logias de Inglaterra y los EE. UU. Argentina estuvo representada por su Gran Maestre Agustín Álvarez (que se suicidaría 60 días después).

17 de junio de 1958, se suicida el Gran Maestre de la Gran Logia Argentina, Agustín Álvarez, degollándose con una tijera que su señora usaba para hacerse los vestidos. Antes de morir había dicho que su muerte no ocasionaría perjuicios a la secta, porque “otro era el que empuñaba el mallete”. Pero no dijo quién era ni dónde estaba. Y como don Agustín era la máxima autoridad masónica en el país, pienso que el Malletero Mayor debía residir en el extranjero. ¿Tal vez en Inglaterra, en la persona del Príncipe Consorte y Duque de Edimburgo que la viene manejando desde 1953?

01 de enero de 1959, sale editada la Masonic Guide and Calender (Distrito Sudamérica) de la masonería inglesa. Por ella nos enteramos que en 1951 había 26 logias masónicas inglesas en la Argentina, dependientes directamente de Inglaterra, a cargo del Gran Maestre James William Sharpes. En 1959 estas logias quedaron a cargo del Gran Maestre Reginaldo W. Haxell. La Logia “enlace” era la George Canning “que mancomuna a los hermanos elegidos de una y otra jurisdicción”. En esta Guía aparece la lista de todos los argentinos que servían fielmente a Su Majestad en la logias británicas de 1950 a 1958.


TESTIMONIOS DE LA INTERVENCIÓN BRITÁNICA - 
POR DETRÁS DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1955, 
de Don Fernando Paolella, aparecido el 23 de septiembre de 2007 


Los aviones del 16 de junio de 1955, 


Día de la Libertad: arriba y a la izquierda los Beechcraft AT 11 de procedencia norteamericana; arriba y a la derecha un caza Gloster Meteor y una superfortaleza Avro Lincoln de origen inglés; en pleno vuelo,sobre plaza de Mayo.

EL TEXTO COMPLETO DEL AUTOR

El 14 de noviembre de 1955 [1] el interventor del diario “El Líder”, capitán de navío Patrón Laplacette [2], recibió la visita de dos periodistas norteamericanos que invocaban la representación de las revistas Time y Life. Los periodistas norteamericanos tienen un aplomo y una desenvoltura tan despreocupada para afrontar las situaciones, que por lo menos parecen llevar en sus bolsillos un par de bombas atómicas [3].
El capitán Patrón Laplacette hizo servir buen whisky escocés e invitó a la reunión al jefe y al secretario de redacción, doctor Aldo Paciello, Víctor Álvarez y al redactor Enrique Portillo [4]. Desde las rendijas de la puerta escuchaban otros redactores curiosos. Los periodistas norteamericanos contaron que para pulsar el ambiente habían residido durante 15 días en Avellaneda, disfrazados de marinos mercantes desertores. Aseguraron terminantemente que el elemento obrero de las zonas fabriles del sur estaba decididamente en contra de la revolución. 

De pronto, súbitamente lo abordaron al capitán Patrón Laplacette con una pregunta intempestiva e inesperada.
- “Dígame, capitán -preguntó uno de ellos-, ¿usted es masón o francmasón?”Laplacette se crispó
- “Yo soy católico, apostólico, romano” dijo, con tono de protesta [5].
El americano hizo un gesto vago. Quizá quiso decir: “Ya sabemos que esos términos no son forzosamente excluyentes ni obligadamente antagónicos” [6]. El gesto quería decir muchas cosas, pero lo que realmente dijo el americano fue:
“ Oh, no tiene importancia. Mañana preguntaremos a Washington. Allí están todos afiliados. ” [7]

Los tres periodistas criollos reprimieron un gesto de asombro. Los servicios informativos de la Marina de EE.UU. demostraban ser de una eficacia sorprendente. El whisky era de muy buena marca, y un generoso trago fue el punto final del regocijado asombro de los redactores de “El Líder”. El colega norteamericano mantenía embretado al marino, que los tenía acorralados a ellos con sus ametralladoras.
Junto con el whisky los redactores de “El Líder” se relamían de placer en este inesperado desquite. Uno de los norteamericanos quiso conocer las causas que a juicio del marino argentino habían provocado la revolución. Patrón Laplacette habló un largo rato sobre la vocación democrática del pueblo argentino, sobre los excesos de la tiranía derrocada, sobre la eliminación de la libertad de prensa y de reunión, y terminó diciendo:
- “Esta es la rebelión del pueblo argentino”.
Uno de los americanos trasegó a su estómago casi un vaso entero de whisky. Hizo un gesto de satisfacción. Puso su vaso en un plato y como si la perorata de Patrón Laplacette le hubiera disgustado, afirmó:

- “Para nosotros la cosa es más simple. Este es un desembarco británico. Ellos proporcionaron las espoletas y el petróleo [8] y se los van a hacer pagar muy caro. Las bombas que cayeron en Plaza de Mayo eran de fabricación británica.” [9]. Y sin pausa alguna, preguntó:
- “¿Porqué no han publicado el contenido de los alambres magnéticos del doctor(Oscar) Alende?”
La pregunta sorprendió al capitán Patrón Laplacette, quien sólo atinó a repetir lo que ya era de conocimiento público.
- “Se extraviaron.” - dijo, como explicación.
- “Pero nosotros dimos una nueva copia.” - insistió el norteamericano.
- “No sé… Creo que volvieron a perderse…Yo no estoy en ese asunto.” -arguyó, desconcertado, Patrón Laplacette.
El norteamericano tomó un vaso y antes de ingerírselo, a modo de punto final, dijo:
- “Podemos enviarles otras copias, si lo desean. Los originales de esos alambres están en Washington. Ellos forman parte – una parte importante - de la prueba de la intervención de Gran Bretaña en los asuntos argentinos.” (Raúl Scalabrini Ortiz en la revista “Qué”, el 18 de junio de 1957)
El entonces diputado radical Oscar Alende había denunciado en el Congreso Nacional, en agosto de 1955 [10], que la flota británica proveniente de Malvinas reabasteció en aguas de la Patagonia a la buques de la Armada argentina que luego participarían en la rebelión del 16 de septiembre de 1955 [11]. Concretamente, en la sesión del 10 de ese mes se logró establecer con precisión que el encuentro tuvo lugar cerca de Puerto Madryn a finales de julio.
Con una ayudita de los “amigos.”

De acuerdo con esto, el historiador Fermín Chávez sostiene que Alende, por su parte, tratando de refutar los dichos de Lucero (diputado justicialista) sobre la inactividad de la flota durante tres días (a causa del temporal que se desató el 25 de julio), sostuvo que ello no contradecía “el hecho de que naves extranjeras merodearan en la vecindad de las naves argentinas.” [12]
Afirmó que el SIN tenía las pruebas y que lo único que hacía falta era un grabador: “Hay una versión fotoeléctrica captada en Puerto Belgrano y en la misma ciudad de Buenos Aires, que pudo escucharse durante tres días; y transmisiones radiales que fueron grabadas y elevadas a la superioridad en el Ministerio de Marina.” Según Alende, empezaron el 25 y fueron grabadas el 27 de julio, y se trataba de una fuente “que no podía estar a más de 200 millas de la costa” (Perón y el peronismo).
El 11 de febrero de 1995 un cable de la agencia noticiosa DyN revelaba que, según el libro “EEUU y el peronismo” de Mario Rapoport y Claudio Spiguel, el Foreign Office británico, y no el Departamento de Estado, estuvo sponsoreando [13] la Revolución Libertadora:“Rapoport y Spieguel recuerdan que luego del golpe de septiembre de 1955, el embajador británico en Argentina no podía ser más ilustrativo, pues en un informe a su gobierno escribió que había caído un sistema “esencialmente gangsteril” cuyo objetivo “fue el poder personal y el engrandecimiento y enriquecimiento del dictador y sus sostenedores.”
En cambio, a partir de la visita del presidente norteamericano Eisenhower a la Argentina entre el 18 y el 20 de julio de 1953, el Departamento de Estado había comenzado a aplicar con el peronismo la política de la “correcta amistad”. Desde entonces, la administración norteamericana facilitó la concesión de créditos y la radicación de industrias”. (El acuerdo de la California, donde Inglaterra quedaba afuera del negocio petrolero, se avecinaba a otro Irán)
Como se ve, el viejo león británico en aparente decadencia [14] no se resignó simplemente a ser desplazado por su aliado y competidor estadounidense, de una región donde había sentado precedente por más de un siglo.
Conclusión
Hoy 23 de Septiembre de 2007, los diarios de Buenos Aires nos hacen saber, del interés Británico por incrementar o ampliar la zona de exclusión en el Atlántico Sur [15], hace poco días el Presidente del Banco Central, habló mal de su país ante la Patronal Británica, demostrando ser un digno descendiente de los fundadores del emblemático Banco Central, el que no pudieron construir en la India los Ingleses... Todo esto acaece ante una Argentina totalmente desarmada en lo material y espiritual, una Argentina que esta sola y Espera... la dejen de Colonizar.


FERNANDO PAOLELLA
Jefe de Redacción
Periódico “Tribuna de periodistas”

QUINCE NOTAS A CABALLO DEL ARTICULO

· [1] Decir la fecha 14 de noviembre de 1955 como lo hace el autor, en realidad no dice nada. A no ser que recordemos que en la noche del 12 al 13 de noviembre de 1955, es decir menos de 48 horas después, había sido defenestrado de su cargo el General Lonardi, por un traición feroz ideada por la Junta Consultiva con la Presidencia del Almirante Rojas y de su Vicepresidenta, la británica Alicia Moreau de Justo; y ejecutada por Aramburu y el apoyo decisivo del Teniente Coronel Alejandro A. Lanusse, Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo (Marta Lonardi, Mi padre y la Revolución del 55, Cap. XII, pp. 209 y ss; Luis Ernesto Lonardi, Dios es justo, pp. 233 a 241). Sobre este penoso asunto he encontrado la siguiente joyita que se las transmito; poco después de este tétrico sainete muere Lonardi y, sobre tal asunto, dice el norteamericano Robert A. Potash: “Lo cierto es que su muerte, ocurrida en marzo de 1956, liberó a sus sucesores de la incomodidad de su presencia.” 

(El Ejército y la Política en la Argentina, Tomo II, Cap. VII, pág. 304, Ed. Hyspamerica, marzo de 1986). Pero esto no es todo, aquí les dejo otra perla para el alhajero; al cumplirse el 25° aniversario de la Involución Libertadora en la ciudad de Córdoba, el Almirante Rojas discurseó: “La revolución en cuanto a un hecho de armas fue una sola; pero, los dos gobiernos que tuvo, el de Lonardi y el de Aramburu, no pueden identificarse por ser antitéticos, por más que hayan tenido el fin común de restablecer las instituciones republicanas.” ¿Quieren otra maravillita? Bueno, ahí va: en la Memoria del Gobierno de la Involución Libertadora, publicación oficial aparecida en 1958, se omite cualquier referencia al General Lonardi. En otras palabras: Lonardi no existió nunca. A esto se lo llama forro.
·

[2] El Capitán de Fragata Patrón Lapacette es el conspirador más antiguo que se conoce en la Armada Nacional y fue testaferro de Manrique, pasando por Hartung y terminando en Rojas. Un auténtico forro, que hacía de forro, parecía un forro y se sentía forro.
·[3] La solvencia de los periodistas americanos era porque estaban bien informados sobre la situación que se estaba viviendo, más aquella otra que habrían ido recogiendo haciendo de trotacalles.

· [4] Al hacerse cargo del Gobierno de la Nación, el General Lonardi que tan católico ynacionalista dicen que era, nombró su gabinete. Entre aquellos conspicuos figuraba, como Ministro del Interior y Justicia, el terrible ácrata y masón doctor Eduardo Busso, que también fuera figura destacada en la traición perpetrada contra Lonardi en noviembre 12 a la noche. Este Busso (uno de los redactores de las revistas masónicasLiberalis y Símbolo, junto con Fermín Estrella Gutiérrez y un jovencito judío llamado Ernesto Sábato, autor de Nunca Más, su obra cumbre), llevó a su lado, con anuencia de Lonardi, al doctor Carlos Muñiz, antiguo marxista implicado en varios atentados que segaron vidas de inocentes. “Muñiz y sus colaboradores –dice Potash- dedicaban todas sus energías a aumentar la influencia de hombres de sus mismas tendencias (todos ateos y marxistas confesos) y a impedir la posible amenaza de que el nacionalismo dominara el gobierno.” (Op. cit., Cap. VII, pág. 296). Estos tres fulanos: Aldo Piacello, Víctor Alvarez y Enrique Portillo, que cita el autor, eran socialistas amigos de Muñiz de vieja militancia desde tiempos universitarios en la FUA y FUBA. Y estaban al lado de un liberal decimonónico como Patrón Laplacette por orden del catolicísimo General Lonardi. ¿Me puede decir el lector como se come esta ensalada de repollo y perejil? ¿O es que en el fondo todos estos sujetos eran lo mismo?
· [5] Patrón Laplacette era masón, iniciado en los Misterios de Minerva (cuya efigie está tallada en el bauprés de la nave, diciéndole a la gilada que esa es la Patria o la República) en la Fragata Sarmiento, llamada en la jerga marinera La Masona, el 24 de junio Solsticio de 1940, siendo presentado por el terrible gorila Hermano Teodoro Hartung, y Venerable el medio judío Hermano Isaac F. Rojas. Este es el destino que daban nuestros hombres de mar a los barcos que el pueblo argentino ponía a su disposición para su formación y entrenamiento.
· [6] Efectivamente: masón y católico no son términos antagónicos. Aunque sabemos que un católico no puede o no debería ser masón. Pero un masón puede decirse católico sin ningún problema. Por ejemplo: el 8 de abril de 1959 el ex Presidente Provisional, Pedro Eugenio Aramburu –viejo comehostias como el masón Videla-, fue despedido, en reunión secreta, por el Rotary Club de Ramos Mejía, antes de emprender su viaje a Europa. Presidía la mesa, como invitado de honor, el señor Ian Drysdale, Gran Maestre de la Masonería Argentina, espía y agente confidencial de Su Majestad Británica. Aramburu se hallaba a su derecha revestido con su mandil reglamentario –según testigos presentes de distintos medios-, correspondiente al Grado 33° (Revista Azul y Blanco del 14 de abril de 1959). Un poco antes, el 12 de febrero de 1956, la Masonería había homenajeado al criptojudío Almirante Rojas de igual manera ante los representantes de Su Majestad Británica (La Nación del 16 de enero y del 13 de febrero de 1956).
· [7] Que Washington tenga la lista de los masones argentinos no es ninguna novedad. Tampoco ninguna hazaña. Actualmente la masonería argentina sigue en sus trabajos las orientaciones y dictámenes de la Gran Logia Unida de Inglaterra de los antiguos masones libres y aceptados (United Grand Lodge of Ancient, Free and Accepted Masons of England), cuya amistad centenaria fue firmada en 1856 y luego ratificada en 1860 en el Tratado de Paz y Amistad. En aquel momento, noviembre del año 1955, el Gran Maestre inglés era, desde hacía cuatro años, James Williams Sharpes, quien además manejaba las 26 logias inglesas instaladas en la Argentina. De manera que lo único que tenían que hacer lo masones de EE. UU. era levantar el teléfono y preguntarle al Duque de Edimburgo, cabeza de la Masonería Universal desde 1951, si el Hermano Patrón Laplacette era o no masón. Es decir un trámite de cinco minutos.
· [8] Aparentemente el día elegido para hacerse a la mar, con la aviesa intención de dar un golpe de estado, fue el día 8 de septiembre de 1955 (R. A. Potash, op. cit., Cap VI, pág. 270). El pretexto que se esgrimiría sería la iniciación de los Ejercicios Navales en aguas abiertas. Sin embargo el Capitán de Navío Jorge Perren en sus Memorias dice que tales reuniones comenzaron el 27 de agosto. En tales reuniones se encontraba el Capitán de Fragata Patrón Laplacette, junto con Perren y el Capitán de Navío Robbio, etc. En tal junta se habría elegido como Ministro de Marina al Almirante (R) Teodoro Hartung. Quiere decir que cuando el diputado Oscar Alende denunciaba (28 de agosto) en la Cámara la presencia de una escuadra anglo-norteamericana en el Río de la Plata (actual Pontón Recalada de la Prefectura Naval), 24 horas antes nuestros marinos ya se habían entrevistado con los que, de puro buenos, venían a ayudarlos a derrocar al Tirano Sangriento.
· [9] Las bombas arrojadas en Plaza de Mayo y sus alrededores fueron de fabricación británica y norteamericana. Es decir, tenían el origen de los aviones que las arrojaban. “Los hechos del 16 de junio de 1955 –dice Potash, un empleado del Imperio disfrazado de estudiante-, constituyen un cruento capítulo en la historia argentina, ya que armas de guerra, adquiridas con el ostensible propósito de defender a la nación contra un ataque extranjero, fueron empleadas contra los propios argentinos por miembros de sus Fuerzas Armadas y por civiles armados.” (Op. cit., Cap. VI, pág. 259). 

Los civiles, a los que hace referencia Potash, fueron provistos por: la Acción Católica Argentina, Partido Demócrata Cristiano, Partido Demócrata Progresista, Partido Comunista y Socialista. Según el Almirante Toranzo Calderón, los aviones debían dejar caer bombas de demolición primero y luego de fragmentación, pero las primeras, que eran esperadas desde Puerto Belgrano, nunca llegaron. 

El alto número de víctimas puede relacionarse con el uso exclusivo de bombas de fragmentación, todo lo cual revela la criminalidad y la crueldad deliberada de esta iniquidad (La Nación 17 de junio de 1955 y R. A. Potash, op. cit., Cap. VI, llamada 40). 
Pero aquí no hubo puntada sin nudo: años después se supo que a las bombas de demolición les habían sacado la espoleta y por esta causa no fueron enviadas a Punta Indio desde la Base Belgrano. ¿Este acto fue premeditado para que la matanza fuera mayor? No se sabe. Pero un año después, en junio de 1956, esta misma gente fusilaría a 33 personas sin causa ni proceso, y aplicándoles la ley con retroactividad al hecho de la causa.
·

[10] La denuncia del Diputado Oscar Alende (el Bisonte) fue hecha el 28 de agosto de 1955, tal cual lo dice el Diario de Sesiones de la Cámara. Todo esto es comprensible. Lo que no se puede entender es como una persona como Alende, un Diputado de la Nación, un Doctor en Medicina, un político de toda la vida, que sabía lo de la flota anglo-norteamericana estaba vinculada a los sucesos de septiembre, fondeada desde hacía más de 15 días frente al puerto de Buenos Aires, y a la que el gobierno uruguayo del doctor Batlle le hacía recalada, resultó a la postre como miembro de la Junta Consultiva, cuando de haber tenido 30 gramos de dignidad debió mandarlos de paseo. 

Dicen que hizo esto porque Perón lo puso preso unos días por conspirador desfachatado. Lo que es verdad: se salvó por una amnistía, ¿pero a usted le parece que esto es un justificativo de un hombre que ya era casi un abuelo? ¿Existirá en la tierra alguien que pueda explicar esto? ¿O Alende fue un canalla, canalla de toda la vida?
·

 [11] Es posible que en el acuerdo anunciado por Argentina y Gran Bretaña el 27 de enero de 1947 y firmado por ambas partes el 13 de febrero, se hayan incluido, dentro de la venta de los ferrocarriles, la compra de 100 aviones cazas Gloster Meteor y cierto número de bombarderos Avro Lincoln con destino a la Fuerza Aérea, todo lo cual habría costado 20.000.000 de libras esterlinas, según el informe que le hace Spruille Braden a Mr. Acheson el 25 de marzo de 1947 (R. A. Potash, op. cit., Cap. III, pág. 116). 
cuanto a la compra de los aviones Beechcraft AT 11 y los NA de origen norteamericano, para las dotaciones de la Armada, debieron ser posteriores a este hecho, porque pesaba sobre Argentina el embargo que le había impuesto el gobierno de los EE. UU. durante la guerra, ratificado por Truman el 22 de julio de 1946 hasta que Argentina cumpliera satisfactoriamente los compromisos contraídos en Chapultepec. El 3 de junio de 1947, Truman anunció el levantamiento del bloqueo, y en octubre de este año se comenzó a recibir las primeras remesas de material bélico (50 cañones calibre 90). Tanto el material aéreo inglés como el norteamericano no vinieron solos: traían consigo sus bombas de distinto tipo que ellos habían probado en Alemania, lotes de repuestos, herramientas, manuales y, lo más importante, equipos de expertos pilotos para hacer de instructores a los pilotos argentinos, y un nutrido grupo de mecánicos, ingenieros y técnicos. En junio de 1955 estos equipos (cuatro en total: 2 ingleses y 2 yanquis) estaban Argentina. ¿Qué papel jugaron el 16 de junio de 1955? O en otras palabras: ¿quiénes manejaban las máquinas que bombardearon Plaza de Mayo y alrededores con precisión de una pinza de cejas? ¿Tanta experiencia habían acumulado los pilotos argentinos? Y finalmente: semejante crueldad, como la de dejar caer los tanques de combustible sobre los blancos en la huida hacia Uruguay, ¿es propia de argentinos? ¿Hay algún antecedente en toda nuestra historia de que los argentinos cometiesen semejantes brutalidades? No sé. Es para pensar.

· [12] Puede haber ocurrido que naves extranjeras merodearan a naves argentinas en proximidades de Puerto Madryn. En la flota anglo-norteamericana había varios portaaviones y buques cisternas. El combustible faltante le fue reabastecido por el gobierno uruguayo.
· [13] Todo lo dicho hasta aquí es más que ser un esponsor de un golpe de estado truculento.
· [14] Es el viejo truco del Imperio Británico decir a la gilada que está en decadencia.

· [15] Inglaterra amplía su zona de exclusión sobre Malvinas: este es otro viejo truco. Piden 200 para que en las negociaciones terminen quedándose con 100 que es lo que a ellos les interesa y la majaderos llegaran a pensar que triunfaron sobre Inglaterra..


16 de Junio del 2013.

Hoy se conmemora un nuevo aniversario del Bombardeo de Plaza de Mayo en Buenos Aires, efectuado en 1955 por las fuerzas golpistas anti-peronistas.



Para aquel entonces, gobernaba en Uruguay el presidente Luis Batlle Berrés, enfrentado al gobierno de Perón en Argentina; relata el historiador Carlos Machado, que el Uruguay contaba para aquella época con una Fuerza Aerea avanzada en el contexto sudamericano, ya que, el gobierno de Estados Unidos proveía al gobierno uruguayo incesantemente de armas y suministros para una especie de contrapeso al emergente movimiento justicialista argentino encabezado por Perón.

Las palabras del pensador Abelardo Ramos en 1949 no pueden ser mas elocuentes: "El papel jugado por la oligarquía uruguaya y su pequeña burguesía 'democrática' es manifiestamente reaccionario y su pretendida defensa de las 'libertades democráticas' es una hipócrita cobertura de su auténtica defensa de los negreros imperialistas del Norte en su lucha contra las conquistas nacionales y sociales del pueblo argentino. Uruguay se ha convertido en la punta de lanza del imperialismo en el Sur"

El 16 de junio de 1955 a las 12.40, 29 unidades de la aviación naval provenientes de las bases argentinas de Punta Indio, Morón y Ezeiza, bombardean la plaza de Mayo en Buenos Aires, la residencia presidencial y otros edificios públicos con el motivo expreso de matar a Perón. Una bomba cayó sobre el techo de la Casa Rosada, y otra destruyo un trolley bus y mató a todos sus pasajeros entre los que se encontraban niños de primaria.
Algunas tropas del ejército y civiles armados avanzaron hacia la Casa Rosada y el ministerio de guerra, pero fueron detenidas por fuerzas leales. Fue una masacre; se calcula que entre 350 y 500 ciudadanos perecieron y más de 2.0000 quedaro heridos.
En Montevideo, la gente seguía el desarrollo de las noticias frente a los pizarones de los diarios "El Día" y "La Tribuna Popular", y se suscitaban discusiones entre quienes deseaban el éxito de los rebeldes - que eran la mayoría - y los que defendían a Perón o, simplemente, se oponían a los golpes de fuerza. Al atardecer, la intentona había fracasado, y algunos de los conspiradores se rindieron, otros escaparon a Uruguay, donde obtuvieron asilo. Todos los aviadores comprometidos, incluso algunos que no llegaron a entrar en acción, aterrizaron en Uruguay, 28 aviones en la Base Aérea militar No. 1 y 4 en Colonia.

El gobierno batllista no sólo dio asilo a los 90 tripulantes de los aviones argentinos y a otros personajes comprometidos que fueron llegando, sino que permitió actuar con total libertad dentro del territorio del país, se les dio ropa, dinero y documentos, y algunos fueron recibidos por el presidente Batlle Berrés:
El capitán de fragata (aviador) Néstor Noriega, quien era jefe de la Base Aeronaval de Punta Indio recordaría: “Una semana después me recibió el presidente Batlle Berres. Yo quería agradecerle todo lo que había hecho por nosotros. El presidente me recibe, me abraza, prácticamente se pone a llorar y me dice: ´vea, no se imagina lo que he rogado para que saliera bien esto y mataran al atorrante ese que nos tiene al Uruguay bajo el zapato´. Los uruguayos iban a vender carne a Holanda a 1,50 dólares. Entonces Perón agarraba y decía: ´A Holanda se la mandamos a 1,25´”

El 16 de septiembre se repitió en Montevideo el cuadro de la gente ansiosa y expectante mirando las pizarras de los diarios; un levantamiento militar iniciado en Córdoba por el general Lonardi exigía la renuncia de Perón, y de inmediato la Marina, comandada por el almirante Isaac Rojas, y parte de la Fuerza Aérea se sumaron. Algunas radios uruguayas intervinieron abiertamente en la lucha, trasmitiendo mensajes de uno de los sublevados que el gobierno argentino no podía silenciar. Mientras tanto, las columnas de trabajadores convergían sobre el centro de la capital argentina pidiendo armas para defender el gobierno legalmente constituido de Perón. Luego de tres días de tensión, el presidente se refugio en una cañonera paraguaya, que lo llevo luego, vía hidroavión a Asunción, era la primera etapa de un exilio que duraría 17 años.

En nombre de la libertad, Uruguay se ponía a la vanguardia de las naciones imperialistas del mundo, que junto a Inglaterra y Estados Unidos, fueron los primeros gobiernos en reconocer al gobierno golpista.

El nuevo gobierno dictatorial encabezado por Lonardi empezó a desmantelar lentamente el aparato industrial que había establecido el Peronismo, Jauretche lo relataría como "El retorno al Coloniaje". Luego Lonardi seria desplazado, pero tal seria el delirio de los golpistas: que el Decreto 4161 se prohibía decir las palabras tales como "peronista" o "justicialismo" con peligro de que se le establezca a quien diga esas palabras penas de reclusión de treinta días a seis años, una multa económica, la inhabilitación para desempeñar cargos públicos y la clausura temporal o permanente del local, si se tratase de un comercio o empresa.

Miguel Gazzera recuerda: "El 25 de septiembre de 1955 el General Lonardi concedió una audiencia a lo que quedaba de la conducción de la CGT. Los compañeros estaban en la antesala cuando por el despacho pasó un marino. Se detuvo, les preguntó quiénes eran y qué esperaban. Respondida la pregunta, los miró detenidamente y les hizo explotar esta sentencia: "Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este país el hijo del barrendero, muera barrendero. Era el Contraalmirante Arturo Rial."

Como contra partida relata el Prof. Methol Ferré que era el habitual animador de las peñas que se realizaban en Montevideo, porque invariablemente era el único que defendía las ideas de Perón. “Era horrible” la hostilidad que sentía de sus compatriotas por defender esas ideas en 1955, confesó Methol.

(Foto: Montevideanos festejando ante los sucesos de Córdoba)

http://www.facebook.com/pages/No-m%C3%A1s-mentiras-sobre-la-historia-de-Uruguay/340667389378197

No hay comentarios:

Publicar un comentario