domingo, 24 de julio de 2016

OPERACIÓN MIKADO: Ataque a la Base Aeronaval Argentina de Rió Grande. (El secreto mejor guardado de la Guerra de Malvinas).

Ataque a la Base Aeronaval Argentina de Rió Grande. (El secreto mejor guardado de la Guerra de Malvinas).

publicado a la‎(s)‎ 10 mar. 2015 6:05 por Julio Mendoza

Recuerdos de MALVINAS !!!! 


OPERACIÓN MIKADO.


El vicealmirante Horacio Zaratiegui, a cargo de la zona Austral en Tierra del Fuego, siempre tuvo sospechas de las intenciones británicas. Por algo lo habían entrenado los propios ingleses en su Escuela de Inteligencia en Gran Bretaña. Sospechando un ataque a la base, los aviones Súper Étendard de la Armada permanecian en pocisiones dispersas, ocultandolos para no ser descubiertos o vistos por radares Norteamericanos.

Base Aeronaval Argentina “Almirante Hermes Quijada”, en Río Grande, en Tierra del Fuego

La operación secreta británica consistía en destruir el 16 de mayo de 1982 la Base Aeronaval Argentina "Almirante Hermes Quijada", en Río Grande, Tierra del Fuego, donde se hallaba la planta de combustible de aviación “JP1” que abastecía a la flota aérea que hostigaba a su flota naval, con lo cual ésta no podría levantar vuelo. Además, destruir a los aviones Súper Étendard de la Armada, matar a sus pilotos y neutralizar los 3 misiles Exocet que aún no les había disparado la Argentina. 

Inglaterra iba a violar su propio decreto atacando a los argentinos fuera de la Zona de exclusión autoimpuesta por la Task Force, la cual rodeaba a las Islas Malvinas. (Cosa que ya había hecho hundiendo al Crucero General Belgrano)

Destructor A.R.A. Bouchard

HMS Sheffield (D-80)


La mortífera dupla de la Aviación Naval Argentina – Super Etandart + Exocet AM-39


Debido a la amenaza que representaba para la flota británica la combinación de los aviones de la Armada Argentina, los Super Étendard con los misiles AM-39 Exocet, cinco de los cuales formaban la 2° Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque que se hallaban operando desde Río Grande, fueron hecho planes para utilizar tropas del Escuadrón "B" del Special Air Service (SAS) en una operación para destruir los aviones y los otros tres misiles que aún estaban en poder de la Armada Argentina


Cuarteles del SAS

Todo comenzó en los cuarteles del SAS. Se planificó lo que llamaron la Operación Mikado, una acción ultra secreta en pleno conflicto anglo argentino. En un principio, los analistas británicos consideraron atacar con aviones cazas Harrier o bombarderos Vulcan las bases continentales argentinas. Sin embargo, para lanzar los Harrier los portaaviones debían arriesgarse muy cerca de la costa, desde donde podían ser alcanzados por los aviones de ataque argentinos y, los bombarderos Vulcan, se habían mostrado demasiado imprecisos en sus intentos por destruir el aeropuerto de Puerto Argentino, de hecho siguió operando durante todo el conflicto que duró 74 días.
Por otra parte, un bombardeo al continente podría disparar una reacción adversa de otras naciones latinoamericanas e incluso la aplicación del Tratado de Defensa Regional (T.I.A.R.) envolviendo a Latinoamérica en un peligroso juego bélico contra Gran Bretaña. Al menos eso habría sido lo que el Presidente Norteamericano Ronald Reagan le advirtió a Margaret Thatcher cuando se enteró de los planes ingleses. 
Sin embargo, la misión británica fue aprobada por el gabinete de guerra de Thatcher: atacar las bases argentinas en el continente. Los ingleses estaban angustiados porque los pilotos navales argentinos ya habían usado los misiles franceses Exocet en sus aviones Súper Étendard contra el destructor británico Sheffield y contra el portaaviones Hermes y la inteligencia británica descubrió que había más Exocet que podrían ser lanzados por los argentinos. El gabinete de guerra de Margaret Thatcher ordenó que los misiles debían ser descubiertos y destruidos. 


Escuadrón "B" del Special Air Service (SAS)


La misión recayó en 65 hombres del Escuadrón B del SAS. 

El plan tenía dos variables, en la primera, debían volar hasta la base naval de Río Grande, en Tierra del Fuego, donde estaban los misiles. Aterrizar en dos Hércules C-130, destruir los misiles, los aviones Súper Étendard, matar a los pilotos y refugiarse en Chile, "territorio neutral" con la excusa de un desperfecto técnico. La segunda variable era desembarcar desde un submarino, atacar los objetivos y trasladarse luego a Chile donde serían recibidos y protegidos. Los argentinos no sabían que a muchos miles de kilómetros de allí, un grupo de estrategas británicos habían planeado atacar tras las líneas argentinas y el plan estaba transcurriendo en ese preciso momento.
Comienza la Operación.

El frustrado desembarco de los comandos ingleses.

Escuadron Ingles desembarca desde un submarino


Frente a la costa de Río Grande un submarino inglés


Fotos con daños en la proa del submarino inglés Onyx, otro misterio que no revelan sobre Malvinas. (probablemente el Onyx) dejó en la noche del 16 de mayo a tres embarcaciones neumáticas con grupos comandos; fueron descubiertos por el destructor ARA Bouchard que abrió fuego de artillería hasta que desaparecieron los ecos del radar, haciendo fracasar el intento enemigo, quien seguramente tenía la intención de sabotear las instalaciones y aviones desplegados en la Base. Los comandos debieron sufrir bajas aunque no hay información de parte de los ingleses.

Mientras tanto... A bordo del BOUCHARD - 16 DE MAYO. 16:30 HS.


El jefe de armas submarinas y otro oficial que lo acompañaba sintieron, en la popa del buque una emisión sonar que consistió en un pim sonar (término utilizado en el argot para describir el sonido que produce una emisión del sonar en un casco metálico) cada 5/7 segundos por períodos de 15 a 30 minutos no continuos. A las 17.00 se ordena cubrir maniobra de anclas, ante la desaparición de las emisiones, se ordena pasar a situación normal y se levanta la maniobra de anclas, permaneciendo el buque fondeado. Esto se repitió a las 17.10 con el agregado que en esta oportunidad se logró una escucha hidrofónica (se pudo constatar con los equipos de a bordo una emisión de un sonar). Se pudo confirmar que el destructor ARA Piedrabuena Destructor Piedrabuena no había emitido con su sonar.Se había dispuesto que se mantuvieran los repetidores radar en escala corta, especialmente el de la timonera, para permitir al oficial de guardia que verificara que el buque se encontraba correctamente fondeado —como se dice en la jerga marina “verificar fondeadero"—, y en el CIC (Central de Información de Combate) en escala larga a fin de realizar búsqueda lejana. Los vigías dispuestos por el Comando estaban en máxima alerta en búsqueda de periscopios y aviones incursores. El Comandante del grupo de tareas había dispuesto que la guardia radar del grupo fuera la siguiente: los días pares el ARABouchard debía mantener el radar en stand-by y en los días impares debía hacerlo el ARA Piedrabuena. De este modo, uno de los dos destructores en forma diaria se haría cargo de la vigilancia aérea y de superficie con sus viejos radares SPS 40 y SPS 10 respectivamente.El sonar se hallaba en escucha hidrofónica, el equipo de MAE (equipo de guerra electrónica para escucha y detección de emisiones), un viejo equipo “superheterodino” WLR 1 que había detectado una gran cantidad de emisiones, debía mantenerse en escucha y barriendo en forma manual la banda I en búsqueda de emisiones de radar de submarinos. Por su parte, en la artillería estaba cubierta la torre central y el director de tiro, que sólo podían hacer fuego con autorización del jefe de defensa, ya que el buque se encontraba en un área focal de aviación propia. Río Grande era de donde partían las misiones que se dirigían a Malvinas. Entre las 19.05 y las 19.10 horas, en total oscuridad y en el período de emisión establecido en el plan en vigor, el radarista del Bouchard observó, junto con el oficial de guardia en el CIC, al azimut verdadero 070º 3.000 yardas del buque un eco pequeño e intermitente. De inmediato, y por el canal de comunicaciones que relacionaba a las centrales de información de combate de las dos unidades, solicitó autorización para continuar emitiendo y poder de ese modo verificar el contacto.

A medida que pasan los minutos el contacto dejó de ser intermitente y a las 19.12 se convirtieron en tres ecos nítidos, con un punto muy intenso y una V saliendo del mismo en la dirección contraria a su movimiento relativo, típico de los botes tipo “gomones”, que tantas veces habían observado desde los repetidores los operadores radar


El radar de control tiro MK 25 logró adquirir los blancos a las 19.22 y simultáneamente se le solicita al OCT (Oficial en Comando Táctico), que era el comandante del destructor ARAPiedrabuena, autorización para abrir fuego con la batería principal, los cañones de 127.2 mm.

En la proa se estaba levando anclas para poder tener libertad de maniobra para perseguir a los blancos y no estar expuestos a un eventual ataque submarino. La presencia de una unidad de ese tipo era muy probable ya que los acontecimientos de la mañana y la tarde, sumados al rumor hidrofónico detectado no hacía más de 10 minutos, daban cuenta de la presencia de un submarino en la zona.

Disparo de cañones de 127.2 mm

A las 19.25 se recibió la autorización para abrir fuego, y con contacto firme en el radar de control tiro, el Comandante le dio la orden al jefe de artillería para que la batería principal del buque jugara por primera vez en toda la guerra el rol que merecía, y es así como se abrió fuego . Toda la dotación sintió que la sangre circulaba furiosa y a alta temperatura por las venas. Guiados desde el C.I.C., los piques de los proyectiles que al principio quedaban cortos, comienzan a caer sobre los blancos. El Comandante ordena al timonel poner proa hacia el punto aún con maniobra de levar ancla sin concluir. Uno de los blancos desaparece de la señal de radar en el centro de los impactos y el resto detiene su avance, cambiando el rumbo en dirección al objeto nodriza de donde se desprendieran en principio. La respuesta no se hizo esperar y los ecos se abrieron en forma de abanico en alejamiento del buque y los radares pudieron, a partir de ese momento, observarlos sólo en forma intermitente.Noche del 17 al 18 de mayo. La noche se presentaba apacible; luego de los acontecimientos del día anterior, la atención en las pantallas era extrema, los pocos minutos de emisión con los que se contaba por el plan de silencio eran aprovechados al máximo. El Bouchard permanecía fondeado en la misma posición que el día anterior, a una distancia mínima de la costa de 2 millas náuticas. A las 04.08 aproximadamente el operador radar le informó al oficial de guardia CIC que había detectado algo, que se aproximara al repetidor para verlo. Se trataba de una aeronave, que aparentemente, por el perfil de vuelo que mantenía, podía ser un helicóptero, continuaba su vuelo hacia tierra firme


Operaciones ARA BouchardA las 04.46 el A.R.A. 

Bouchard informó que aparentemente la aeronave detectada había descendido y se perdió en proximidades de la estancia designada La Sara en la carta de navegación (latitud 53º 26´S – long. 68º 11.5´W). Estancia La Sara está a escasos metros de la ruta nacional 3 a unas 26 millas de Río Grande y a tan sólo 15 millas náuticas de la frontera con Chile.Misión abortada. No cabe ninguna duda que la presencia de la patrulla compuesta por los dos destructores hizo fracasar en dos oportunidades el intento de golpe de mano proyectado desde el mar y desde el aire los días 16 y 17 de mayo. Sumado a ello los dispositivos de seguridad organizados en tierra colaboraron en forma importante en hacer imposible el desarrollo de tales operaciones.

El helicóptero inglés de Punta Arenas

Helicóptero Sea King con el que operaban los comandos Británicos


Quince minutos después de comenzado el día 18 de Mayo, el Sea King HC-4VC matricula ZA290 despegó (según Nigel West) desde el Invincible con rumbo al continente, en realidad lo hizo desde Chile. Su piloto era el Teniente Richard Hutching, su copiloto el Teniente Alan Reginald Courtena Bennet y Peter Imrie era el navegante. En el interior del Sea King se acomodaba un grupo de nueve hombres del S.A.S., los mismos que días antes habían saltado en paracaídas sobre la flota. Los comandos británicos llevaban la radiobaliza para guiar a los Hércules en su aproximación a la base de Rio grande.El vuelo se llevaba a cabo cumpliendo taxativamente lo planificado hasta que el piloto fue advertido que había sido detectado por un radar hostil y el copiloto pudo observar una bengala. No obstante ello, se decidió continuar, pero cuando se estaba desembarcando una segunda luz más cercana les advirtió que el peligro los acechaba y decidieron abortar la misión dirigiéndose directamente a Punta Arenas en Chile.El Helicóptero Sea King penetró en el continente a través de la Bahía San Sebastián, donde la zona fronteriza entre Chile y la Argentina divide al estrecho de Magallanes. La elección de la ruta de penetración no era casualidad, cerca de allí había un depósito argentino de combustible para aviones, por lo cual la zona era intensamente vigilada. Los comandos de los SAS desembarcaron y los helicópteros se ocultaron entre unas lomas cerca del rio Silva, en territorio chileno. Ese era el lugar donde deberían esperar las órdenes para dar comienzo a la Operación “Mikado”. Ya en territorio chileno. Fue abandonado y destruido por sus ocupantes, quienes se entregaron a las autoridades chilenas y luego retornaron al Reino Unido en un vuelo regular de Santiago de Chile a Londres.


Los pilotos fueron transportados a Punta Arenas, luego a Santiago, donde dieron una conferencia de prensa expresando que habían sufrido un desperfecto mecánico

Teniente Richard Hutchings en 1982, durante la conferencia 


Teniente Richard Hutchings de prensa del 23 de mayo "explicando" cómo en misión de patrulla se desvió "demasiado" al oeste y cayo en Chile"

El Ministerio de Defensa británico oficialmente declaró que el helicóptero debió hacer un aterrizaje de emergencia debido al mal clima.Los pilotos fueron transportados a Punta Arenas, luego a Santiago, donde dieron una conferencia de prensa expresando que habían sufrido un desperfecto mecánico, las palabras del Teniente Richard Hutchings fueron las siguientes:“…mientras patrullábamos la costa notamos un fallo en el motor, debido al mal tiempo no fue posible regresar a nuestro barco, así que tuvimos que buscar refugio en el país neutral más cercano…

Una motoniveladora chilena sepulta el helicóptero tratando de borrar las evidencias 


Los restos del helicóptero fueron hallados en la mañana del 19 de Mayo, en Isla San Pedro, cerca de Punta Arenas, Chile. La noticia sobre un helicóptero caído se extendió rápido y la población local empezó a llegar al lugar para observar los restos de la nave. Alertados por la novedad los funcionarios chilenos enviaron una moto niveladora para cubrir los restos, pero mientras esto ocurría empezaron a llegar periodistas al lugar.

Los misiles Exocet que no pudieron destruir los comandos ingleses cobraron otras 2 presas, el día 25 de Mayo, dos de ellos hundieron el portacontenedores Atlantic Conveyor, con él se perdieron 3 helicópteros Chinook con capacidad para 80 hombres completamente equipados (un cuarto se salvó por estar en vuelo en el momento del ataque); y al menos 8 helicópteros Wessex y un numero de carpas y equipos para albergar a 4.000 hombres, así como pistas de aterrizaje portátiles para operar con Harriers directamente desde suelo de Malvinas, una planta completa de desalinización de agua. Además su cubierta servía como pista de aterrizaje, lo cual lo unía a los dos portaaeronaves existentes. Todo material imprescindible que se preveía utilizar para el asalto hacia Puerto Argentino. Otro Exocet impactó en el portaaviones Invincible el 30 de mayo. Por supuesto Gran Bretaña niega todo.






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